La versión del texto de Miguel de Cervantes se estrenará el próximo septiembre
Gutiérrez Aragón ultima un Quijote con Botto como Dulcinea
En once años, el mismo tiempo que le llevó a Miguel de Cervantes Saavedra sacar a la luz la segunda parte de las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, el director y guionista Manuel Gutiérrez Aragón ha filmado dos adaptaciones -la primera para televisión y la segunda para la gran pantalla- de la novela cervantina, recientemente elegida la mejor de todos los tiempos por cien prestigiosos escritores de más de cincuenta países. Y como la primera vez, el cineasta y académico asegura que ha realizado una adaptación «muy fiel al espíritu del libro. Me he encontrado muy cómodo con Cervantes, que es un autor muy moderno y que en mi opinión sí está a la altura de su personaje», dice Gutiérrez Aragón, que lleva treinta años haciendo cine, desde que realizó Habla mudita. El tiempo no es la única diferencia entre Don Quijote, título de la serie que hizo para TVE con Fernando Rey y Alfredo Landa, y El Caballero Don Quijote, película que estrenará el próximo septiembre protagonizada por Juan Luis Galiardo y Carlos Iglesias. «La primera tenía más razón de ser en televisión porque era más episódica, mientras que ésta, como es más tradicional en su desarrollo y desenlace, tiene más sentido en el cine, donde presentaré una lectura muy borgiana porque la película se apoya en el Don Quijote que persigue a un caballero falso», explica. El cineasta cántabro hace memoria al indicar que la novela cervantina ha tenido lecturas muy diferentes. «Cuando se editó fue un best seller, una obra de risa, luego pasó a ser una obra clásica y posteriormente se entendió como una novela romántica. Lo bueno es que El Quijote da para todos, pero no deja de ser una novela de aventuras y caballería, muy para los jóvenes», dice. Gutiérrez Aragón, que presentará un Don Quijote «romántico, enamorado y enamoradizo» y a un Sancho Panza «del que he huido como de la peste mostrarle como un tarugo», ha hecho un guiño en la cinta con Juan Diego Botto, «que es un travestido de Dulcinea», desvela este realizador de «discretos presupuestos, lo que obliga menos» y que se pone detrás de la cámara «para un público concreto, porque las películas que se hacen para el gran público, al final no son para nadie», precisa el director. El cineasta confiesa el mal sabor de boca que le dejó su anterior largometraje, Visionarios, «que no se tomó como una crónica de sucesos, sino como una película de Gutiérrez Aragón. De cualquier manera, la culpa fue mía por no poner al espectador en esa tesitura», señala el realizador, que mantiene su habitual actividad porque está a punto de iniciar el montaje de Andalucía de cine, documental que ofrecerá Canal Sur y prepara un nuevo rodaje, La vida que te espera, historia que ha escrito con Ángeles González Sinde ambientada en el Valle del Pas en la que hablará de los pasiegos de su tierra.