Ya tenemos novia

Estaba anunciado. Como es ya llega el verano, como tenemos un Príncipe soltero y aprovechando que el Bernesga pasa al lado de Guzmán, ya tenemos novia de España. Esta vez no es rubia ni noruega, ni siquiera de fuera, es sevillana pero hija de los condes de Luna que tanto nos suenan por estos andurriales. Es casi de León y tiene nombre de uva del Bierzo: Mencía, que a su vez es el nombre de la hija de Isabel Sartorius, que también fue novia del Príncipe. Nueva y morena es la novia que, según la revista del horario corto y la misma que se lee. La semanal no dice nada porque sigue empeñada en vendernos a los operados del triunfo y a la Campos, juntos o por separado. En cambio, el boletín oficial o revista que saluda no menciona nada del asunto por lo que hay que andar con tiento no vaya a ser que no sea nada y sólo sea lo que parece que no es, mientras que lo que sea no sabemos si es o no es. O sea, que puede que sea y puede que no sea, pero si es, ya lo sabemos y si no es, pues es como si no lo supiéramos aunque ya va siendo hora de que novia hubiere. En fin, si novia es, novia habemus. Adoremus No es que tenga mucho que ver, pero otro tanto de lo mismo podríamos decir de Maribelén y su Lozano noviete. Una pareja que a veces es y a veces no es. Ni casados ni solteros ni solos ni en compañía. Un dolor de pareja que no tira y ya se afloja, pero ella, que espera como toda España la boda de Jezulín, la que no llega, se marcha a Benidorm a consolarse y sale en bikini de rayas, como Eva María la de la copla, en todas las revistas. Ella en la playa y los demás aquí, esperando que el alcalde se enrolle y nos ponga un chiringuito a la vera de Guzmán. En cambio, Rociíto tiene la conciencia tranquila, dice en varias de las revistas que laten. Se duerme y se levanta tan pancha, nada la preocupa porque nada la tiene que preocupar y menos su ex y el tribunal de la Rota, bella localidad básica y portuaria de la provincia de Cádiz. En cuanto a Miranda, la de Julio el cantor, sale feliz con sus cuatrochurumbeles en la portada de la revista que saluda y en 22 páginas interiores llenas de niños rubios y pizpiretos que se divierten en la playa, en el parque y en el cole, todo en casa. Sólo salen con mami y el abuelete, papi debe estar de gira por el mundo. Ella, Miranda se siente plenamente realizada con las dobles parejas que ha tenido y cree que no necesita el póker. Así ya es feliz. La noticia de la felicidad de Miranda y sus cuatro retoños, a los que para imponerles disciplina no les deja ver la tele, sale inmediatamente después de otra exclusiva que publica la saludadora revista semanaria, que no es sino la boda del beatle, hecha en la intimidad ante miles de personas y con menú vegetariano, servido, eso sí, en platos de oro del bueno. Una boda sosa, sin langostinos y probablemente sin vino. La que también está feliz en las páginas que laten y saludan es Mar de Flores que quiere tener una familia numerosa, como si fuera Miranda.El motivo de su felicidad es que ha cumplido 33 años, pero bien podría haber sido otro como, por ejemplo, estudiar teatro clásico. Ya saben eso de «ser o no ser» o «Hipógrifo violento» o «qué delito cometí...» Cosas así... Ella querría ser anónima, en cambio yo no, pero lo soy, y aunque Ricardo se empeñe en no sacarme con los jedis de las galaxias en el ocio, al final saldré porque tengo un láser... y es lo que va a ser y yo accederé a la fama y anunciaré vino como ella. Y no hará falta que me marche a Australia con Olaya ni que juegue al fútbol como Laúl, el preferido de Arturo. Ni hará falta siquiera que mi amigo el del bigote me diga lo que hacen los psicópatas en sus ratos libres. No, no hará falta nada de eso y se podrá pasar el verano viendo la Quebrantada de Vegas o la Peña Ubiña de Babia sin ir a la trashumancia con Gonzalo, Barri, Concha, Maite, los niños, Jose y con Noé y la yegua Maricielo. Quiero hielo. Fin.