El torero leonés aprovechó su lote y Eugenio de Mora realizó una gran faena a un toro complicado
Castaño triunfa en su tierra
Javier Castaño salió decidido a que no se le escapara el triunfo en su tierra, y contó además con un público que agradeció su entrega y valoró todo lo que hizo. El leonés anduvo variado con capote y muleta, estuvo fino con los aceros y cortó dos orejas que le abrieron la puerta gran del Parque. En su primero, que hacía tercero, se le jaleó el recibo con el capote y el remate a una mano mirando al tendido. El toro fue uno de los de menos peso del encierro, pero con más presencia que sus hermanos. Realizó un quite por chicuelinas con despaciosidad y comenzó su faena de rodillas, seguro y tranquilo, rematando con dos pases de pecho para llevárselo después a los medios. Basó su faena en el pitón derecho, pues por el izquierdo tenía menos recorrido el astado, y bajó la mano, aunque el toro salía con la cara alta desluciendo los muletazos. Se adornó con molinetes de rodillas, pases en redondo y por la espalda, y se inclinó por asegurar la estocada pasando varias veces en falso ante las arrancadas del toro. Al final dejó más de media tendida y traserilla que fue suficiente. En el sexto salió dispuesto a no dejar escapar el triunfo, aunque tenía enfrente a un animal flojísimo, que echó las manos por delante de salida y comenzó la faena de muleta agotado y asfixiado. La vara que recibió casi en la paletilla no le ayudó a mejorar su condición, ni los capotazos de más a cuenta de los fallos de los banderilleros. Pero el torero criado en Cistierna no dejó pasar ocasión de lucirse. Realizó un quite por navarras sin forzar al toro, y anduvo animoso en la faena, bajando la mano hasta donde permitían las escasas fuerzas del animal y sacando la muleta por la espalda ante sus parones. Lo intentó por el izquierdo, por donde el toro tenía un viaje aún más corto, y ante la invalidez manifiesta cambió hábilmente la muleta de mano en el medio de la tanda para rematar por el derecho. Agotada la embestida optó por el parón, el péndulo y los desplantes de rodillas y tirando los trastos en la cara del toro, y entró a matar dejando una estocada calcada de la del toro anterior. La faena de Eugenio de Mora al tercero fue la más emocionante de la tarde. El triunfador del año pasado volvió a convencer a