El olvido y la memoria

Con dos de las obras más nacionalistas del compositor astorgano Evaristo Fernández Blanco, de quien este año se cumplen los cien de su nacimiento, además de obras Turina, Gómez y Montsalvatge, se clausura hoy, a las 20.30 horas, en el Auditorio, la décimo quinta edición del Festival de Música Española, que comenzó el día 1 con destacadas actuaciones y pobre presencia de público. Con un nuevo director invitado, Álvaro Albiach, nos visita otra vez la Sinfónica de Castilla y León para ofrecernos un programa de clausura verdaderamente variado e interesante. Dos Obras de Fernández Blanco, como las Dos danzas leonesas, desaparecidas durante más de 24 años y reencontradas, tras lustros de búsqueda, entre legajos de partituras, por el autor de estas líneas, o la hermosa Tres piezas breves, compuesta en 1927, el mismo año que contrae matrimonio, se interpretan después de años de silencio y es una pena que en este programa homenaje no se haya incluido su mejor obra sinfónica, la Obertura dramática, que el propio compositor tenía tantas ganas de escuchar. De cualquier forma, las dos que hoy escucharemos poseen por sí mismas una identidad definida y, en concreto, la primera, es un canto a su tierra, Astoga, y a sus gentes, con la inclusión del sonido de la dulzaina, la chifla y el tamboril. Estrenadas por Arbós en 1934, las Dos danzas leonesas tuvieron un inmediato éxito tanto entre la crítica especializada como entre sus colegas, los compositores consagrados, quienes escribieron palabras muy elogiosas hacia el joven maestro astorgano. Joaquín Turina, en ABC, no se para en prendas para reconocer la valía de Evaristo: «Arbós continúa dando entrada a los compositores nuevos, ya que por tal consideramos a Evaristo Fernández Blanco. Sus Dos danzas leonesas son preciosas. Basadas en el folklore de su región natal, Fernández Blanco ha sabido imprimirles un sello propio, austero en la primera, dinámico y alegre en la segunda, ambas revestidas con una orquestación precisa y detallada; el joven compositor orquesta con pincel fino, de ninguna manera a brochazos. Fernández Blanco subió a la plataforma de la orquesta requerido por el auditorio. Tuvo un gran éxito». El critico de la Hoja Oficial del Lunes de Madrid habla de «la verdadera lección de cómo deben de tratarse los materiales populares, al elevarlos a la suprema categoría de producción artística de primera calidad. Ayer se confirmó el serñor Fernández Blanco como un compositor serio, consciente del empeño que acomete, dominador de los recursos técnicos que se precisan para sacar un gran partido de los timbres orquestales y fundirlos en los efectos necesarios. Sus danzas fueron interpretadas por la orquesta con un cariño singular y, al final, recogió una merecida ovación». El 18 de noviembre de 1978, las Dos danzas leonesas volvieron a ponerse en atril, esta vez en el escenario del Teatro Real de Madrid, por la Orquesta de RTVE, bajo la batuta del leonés Odón Alonso.