«El libro de Boisán» reivindicó ayer en el Teleno los valores del mundo rural

Al son de la flauta, el tamboril y las castañuelas, a resguardo del sol del verano gracias a los robles, un pueblo celebra el bautismo de una obra: El libro de Boisán, que se presentó ayer en el lugar conocido como El Campamento de esta localidad de la Somoza o país de Maragatos. El Campamento dispone de un pequeño anfiteatro que imita el estilo arquitectónico de la Grecia clásica. Allí, Marifé Santiago Bolaños, de la Asociación de Amigos de Boisán, con un gran rótulo en el que se leía «todo lo que el hombre quiere lo sueña primero» -frase de María Zambrano-, explicó la historia del libro, en un acto que calificó de familiar. Un total de sesenta y siete intelectuales y artistas -según explicó en el acto Marifé Santiago- han colaborado en la obra. Leoneses, «pero maragatos», destacó la presentadora, «porque ser maragato ha de merecerse, al igual que para poseer el título de ateniense no bastaba con haber nacido en Atenas». De estas palabras se deduce que los sesenta y siete colaboradores de la obra se habrían ganado el título de maragato, por el empeño que han puesto. Santiago apuntaba ya a la universalidad que se ha querido imprimir al libro, porque «todos somos Boisán. Es decir, todos los pueblos del mundo». A continuación, María José Cordero, cantante del grupo Sirma, interpretó a capella unos versos escritos para la ocasión y que expresan el amargo canto de una mujer por la ausencia de su esposo, inmigrante en aquellas tierras de América en la que muchos de los hijos de la Somoza buscaron su El Dorado. También intervino José Antonio Martínez Reñones, de la editorial Lobo Sapiens, que ha producido el libro, y quien destacó la «ruralidad de la obra», en cuanto a la conservación que realiza del medio rural, su cultura y sus tradiciones, que nuestra época «ha machacado». Reñones destacó que, en dos semanas, los responsables de Lobo Sapiens subirán al Teleno, para ofrecer al dios al que adoraban los antiguos moradores de la zona «este libro y otros» y «conseguir que toda la provincia salga del lodazal que nos han impuesto». El editor también destacó la belleza del paraje elegido para la presentación, «que debería haberse declarado ya monumento natural», y criticó el uso de la zona como campo de tiro, «el único que queda en Europa». Fueron más los que intervinieron, pero no es olvido dejar de nombrarlos ahora, sino falta de espacio. Nombres como Pérez Pollán, Nicolás Miñambres, Martín Martínez o Alonso Guadalupe, entre otros, sonaron ayer en Boisán.