Balterius cumple en septiembre su cuarto cumpleaños difundiendo la cultura
Vivir el teatro a pie de calle
Un grupo de amigos de Villabalter decidieron en 1998 animar la vida teatral de su pueblo. Con más ilusión y ánimos que fondos, emprendieron la aventura de Balterius. Esta asociación, según nos comentaba Manuel, uno de sus componentes, nace en septiembre hace cuatro años con la intención de dar rienda suelta al arte escénico en su localidad. «En principio hacemos uno o dos montajes por año y solemos trabajar con niños o lo que surja», afirma Manuel. La Semana de Teatro Intergeneracional en la Calle nació en el seno de esta asociación como proyecto experimental «para que la gente se metiese en el mundo del teatro» y, paulatinamente, ha ido creciendo. De las cuatro obras que se ofrecieron en su primera edición se ha llegado a las once representaciones de este año. Cada año supone un incremento en la calidad de la semana de teatro, y además, se ha pasado de un festival de carácter local a un evento de proyección provincial. «Nuestro objetivo era hacer uno a nivel de la comunidad pero nuestros fondos son escasos». En ocasiones recurren al compromiso con las compañías y asociaciones que vienen a actuar para que lo hagan de manera gratuíta o a cambio de una cena o aperitivo posterior. Este hecho demuestra las grandes dosis de empeño que ponen estos chicos en su quehacer. Aspiran a más calidad y a una mayor difusión pero la publicidad se les escapa. Por otro lado, su deseo de extender y acercar al pueblo el teatro pasa por organizar de vez en cuando, cuando el bolsillo lo permite, algunos cursillos de preparación. «Una de las cosas más duras es la falta de espacio en invierno ya que ensayar en la calle se hace imposible con el frío que hace», comenta Manuel. Durante la etapa estival, la calle es su escenario estando expuestos a «imprevistos como el ruido de los motores o el sonido de las campanas». La semana de Teatro en la Calle, seguirá abierta hasta el día 16 de este mes. Manuel se muestra satisfecho con la aceptación que ha recibido, «es para quitarse el sombrero ante esa gente que aguanta sentado con todo ese frío que hace de noche hasta que la obra termina». De las 200 sillas instaladas por la organización no ha quedado ninguna vacía y, según Balterius, hay mucha gente que se queda sin sitio. Esta noche se podrá disfrutar de Tachín, aprende a hablar, una breve representación para niños a cargo de La Tremolina y de Cuando el hambre aprieta, de Balterius. En esta obra, mediante la técnica de clown adaptan tres pasos de Lope de Rueda en los que el hambre mueve a una serie de personajes en un escenario que se completa con música actual y un vestuario anacrónico.