Weinrichter reivindica la «posición activa» del público ante el documental

El profesor de la Escuela de Cinematografía de Madrid Antonio Weinrichter reivindicó ayer «la importancia de la posición activa que proporciona el documental al espectador» ya que, según indicó, «te obliga a estar atento a la verdadera realidad que transmite». El escritor y crítico cinematográfico, que participó con la ponencia El documental clásico en el XXXIX Curso de Cinematografía de Valladolid, explicó que el principal «enemigo» del documental es «el prejuicio de identificarlo con algo que no es», es decir, «con alguien que nos cuenta una historia sobre un hecho». Para Weinrichter el documental es un género que está de moda pero, en vez de mostrar su alegría en este sentido manifestó su «pesimismo» por tratarse de «tan sólo eso, una moda, surgida de su proyección en los cines». Según el escritor, en un documental hay que fijarse más en el discurso y en el estilo del mismo que en la imagen, «porque ésta no garantiza la realidad, ya que puede ser manipulada y adaptada a lo que el realizador del documental quiere dar a entender, no a lo que refleja realmente», comentó. «Nuestra relación como espectadores respecto al documental resulta paradójica, ya que pretendemos que nos muestre una realidad auténtica sabiendo que, siempre que haya una cámara filmando dicha realidad, ésta ya no será la misma puesto que en ella ya ha influido alguien», indicó. Para Antomio Weinrichter «se imita el realismo, que no deja de ser un estilo, pero no se recoge la realidad», pero según señaló «esta libertad y falta de complejos ya existía en los comienzos del documental, en el que siempre ha habido una gran diversidad y que ha ocultado trampas. El estilo del documental, además, es el mismo, a pesar del cambio tecnológico.