Conjugando la demencia y el pop

Debutaron con timidez pero fueron haciéndose grandes desde el principio. Canciones como Eres un canalla, o la trepidante versión que realizaron del Vivir así es morir de amor, uno de los imperecederos himnos del inefable Camilo Sexto, situaron a los integrantes de El Canto del Loco en una envidiable posición dentro de la industria discográfica al tiempo que iban ganándose una auténtica legión de adeptos. Los más de 80.000 ejemplares vendidos de ese primer trabajo fueron más que suficientes para que sus nuevas canciones fueran esperadas con expectación. Un arma de doble filo en el caso de un grupo que, sólo en apariencia, compartía demasiados paralelismos con muchos de sus coetáneos. Pero la reválida fue aprobada con éxito y lograron que su música sobreviviera a la «triunfomanía» que, desde el mes de mayo, asoló el país como un auténtico huracán mediático. A contracorriente, título de este nuevo disco, no sólo confirmó su valía compositora sino que ha rubricado lo que muchos apuntaban; El Canto del Loco es un grupo con vocación de continuidad y su oferta sonora es bastante más amplia que el espectro de público adolescente al que parecían avocados. Dani Martín (voz y coros), Chema Ruiz (bajo), Jandro Insua (batería), David Otero (guitarras y voces) e Iván Ganchegui (guitarras y voces), han firmado una colección de doce temas que, bajo la experta batuta del productor Nigel Walker, constituyen uno de los trabajos más interesantes de cuantos se han hecho en el mundo pop hispano en este principio de milenio. Canciones como Preguntas, Vámonos, Puede ser (en la que colabora Amaia Montero, solista de La Oreja de Van Gogh), Una salida, Contigo, Tremendo, Aquellos años locos o Crash (el actual single, una inspirada versión del tema de los Primitives), remiten a formaciones clásicas como Hombres G, Los Brincos o Nacha Pop, al tiempo que demuestran que su discurso rítmico no tiene limitaciones estilísticas ni sonoras. Esta noche, a las 12, se presentan en la Plaza Mayor de Astorga con una propuesta artística en la que se conjugan elementos del pop y el rock arropados por una poderosa puesta en escena. El indudable carisma escénico de Dani, cabeza visible del grupo y autor de la mayoría de las letras, asegura una trepidante sesión musical en la que los más escépticos se sorprenderán por su genuina forma de reinterpretar unos códigos mil veces vistos. Guitarras poderosas, textos cercanos y cierta chulería rockera, son los elementos con los que El Canto del Loco está logrando escalar puestos en un negocio cada vez más masificado y cuestionado. Con ellos, el término demencia adquiere un nuevo y sugestivo significado. Déjense atrapar por su locura, no se arrepentirán.