El tenor de la voz de fuego

Pocas veces se dan en la misma persona dos cualidades tan necesarias pero a la vez tan poco frecuentes en los cantantes de ópera como son inteligencia y sensibilidad. Dos facultades del espíritu que, por desgracia, no están muy extendidas entre quienes se dedican al canto. Sin embargo, en el tenor de Grajal de Campos, Ignacio Encinas, la naturaleza ha querido además dotarlo de una voz excepcional que unida a una inquebrantable disciplina y entrega le han llevado a convertirse en uno de los más grandes tenores heroicos del momento. Simbiosis de elegancia y entrega, encarna a la perfección la adecuación del sonido a la palabra, máxima aspiración de todo cantante. Galardonado recientemente en Francia con uno de los premios más importantes del mundo en el campo de la lírica, el Grety de cristal parisino a la mejor voz del momento, Encinas puso boca abajo el estadio de Saint Denis en París cantando el Radamés de Aida ante 90.000 espectadores. En el pueblo natal de Puccini Torre del Lago, interpretó el papel de Mario Cavaradosi en la ópera Tosca, dentro del ciclo que la patria chica del compositor organiza anualmente Las críticas fueron unánimes: «Voz excepcional con una zona alta de las que ya no existen». Los más de dos mil espectadores que abarrotaban el auditorio lo aplaudieron hasta la extenuación y la noche se hizo clamor en la famosísima E lucevan la Stelle. Hoy, Santander disfrutará de la voz de fuego.