«Esta película me permite entrar en la primera división del cine»

José Coronado pertenece a esa estirpe de actores que calladamente aguardaba su momento, ese papel con el que dejar de lado años de trabajo sin demasiado ruido. Un día apareció Urbizu con La caja 507 y el actor encontró su regalo: «es el papel que me permite entrar en la primera división del cine español». En ella Coronado rompe con la imagen de galán que hasta la fecha le habían etiquetado en el cine español y en las series de televisión y, además, demuestra que es capaz de encarnar con garantías a tipos violentos, a asesinos sin escrúpulos, a seres amargados por el pasado, por el presente y, seguramente, por el futuro. El mismo sabe que su interpretación de Rafael Mazas, un antiguo jefe de policía reconvertido en asesino a sueldo por las mafias sicilianas de la Costa del Sol, le va a cambiar la vida. «Acepté el papel porque me pareció maravilloso y porque me permite aportar algo al panorama cinematográfico español, aunque no trataba de dejar atrás nada. Escrita codo con codo por Michel Gaztambide y el propio Urbizu, La caja 507 se adentra en el oscuro mundo de las mafias, de la corrupción política y de la especulación empresarial en la Costa del Sol. Allí, el director de una sucursal bancaria saqueada, Modesto Pardo -Antonio Resines- y Rafael Mazas se ven envueltos en un peligroso caso de chantaje y asesinatos. Coronado señaló que «se trata de una historia fantástica, de las que aparecen todos los días en la prensa y en la que los dos tipos se andan buscando todo el tiempo. Pero si a Modesto le vamos descubriendo sus puntos fuertes a Rafael le vamos encontrando sus debilidades. Creo que el mensaje es ese: que no todos los buenos son tan buenos y que no todos los malos son malos». «Sentí vértigo -añadió el actor madrileño- al leer la historia; pero sentí el doble de vértigo cuando Enrique Urbizu me dijo que iba a ser Rafael Mazas. Es un papel de mal tipo muy interesante, con contenido, un asesino frío que se encuentra con la soga al cuello y al que lo único que le dignifica es el amor que siente por su novia Mónica -papel interpretado por el tercer vértice del triángulo, Goya Toledo-». Coronado calificó la película como «muy valiente».