LAS REACCIONES

Luis García Berlanga. El cineasta lamentó el fallecimiento del escritor, ya que «coincidimos en tantas cosas en la vida, que era más que un amigo». «Lo he pasado con él maravillosamente, y sabemos lo que ha representado y lo que ha sido, chapeau a eso». José Oneto. «Con él desaparece una forma de hacer periodismo que probablemente no se ha seguido». Tras visitar la capilla ardiente, Oneto señaló que el fallecimiento de Carandell es «una gran pérdida para la profesión» porque «Luis, aparte de gran escritor, era un gran periodista, que conocía la radio y la televisión, y que escribía con un humor sorprendente». Destacó también que Carandell «se especializó en España y en la crónica mágica y profunda de las anécdotas». Fernando Sánchez Dragó. El escritor expresó su dolor por la muerte del literato, de quien comentó la anécdota que solía hacer el fallecido respecto a que la relación entre España y Japón tenía dos hitos históricos: «Uno la llegada al país del sol naciente en el siglo XVI de San Francisco Javier, y otro la suya y la de Sánchez Dragó en el XX». Partido Popular. El coordinador de Comunicación del PP, Rafael Hernando, destacó su excepcional ingenio y su etapa como cronista parlamentario «con estilo propio y novedoso». «Tenía un excepcional ingenio, agudo y preciso, pero respetuoso con los demás». Partido Socialista. La secretaria de Educación y Cultura del PSOE, Carmen Chacón, habló «de la profunda humanidad» del fallecimiento. Asimismo, manifestó que el escritor se convirtió «en el mejor puente entre las ciudades de Madrid y Barcelona». Finalmente, la dirigente socialista mostró su deseo de hacer llegar su pésame a la familia del escritor. José Luis Balbín. «Era un hombre crítico con la sociedad de su tiempo pero tenía un sentido del humor que se le perdonaba todo». «Tenía sentido de la comunicación, de la cultura, y el sentido de saber exponerlo. Era uno de esos personajes de los que quedan pocos». Diego Carcedo. «Era un verdadero sabio», así como «un ejemplo de honradez y solidez profesional». «Marcó la idea de la modernidad y contribuyó al paso del periodismo que se hacía en la dictadura al de la democracia». Carcedo recordó cuando ambos cubrían la guerra árabe-israelí de Yom Kippur. Les acusaron de ser espías israelíes y la situación no se calmó hasta que Carandell comenzó a hablarles en árabe y se tranquilizaron.