La película está dirigida por Juan José Jusid y es el último trabajo de la actriz
Natalia Verbeke estrena la cinta argentina «Apasionados»
Con la popularidad que le ha regalado una racha triunfal en las taquillas, Natalia Verbeke saborea una situación marcada, otra vez, por el éxito del último descubrimiento del cine de Argentina, Apasionados, una comedia que, dijo la actriz, «ha logrado que sus ciudadanos se desliguen de la realidad». Estrenada el pasado mes de junio, Apasionados, una película dirigida por Juan José Jusid, irrumpió en las salas argentinas para competir cara a cara con Spiderman o Monstruos, la última producción de Disney, y, de paso, recordó a los cansados ciudadanos de ese país que el cine también sirve para dejar de lado una realidad agotadora por saqueos y corruptelas. Después de El hijo de la novia, la película de Juan José Campanella que la juntó con Ricardo Darín y la permitió combinar el humor con el drama, y de El otro lado de la cama, una comedia musical que ya es la película española más vista del año, Natalia Verbeke no le pierde la sonrisa a la fortuna. «Estoy muy contenta y me siento afortunada, sobre todo por haber trabajado con Campanella y Darín y con los demás actores de El otro lado de la cama. Sin embargo, ahora, esta felicidad proviene principalmente del personaje de Apasionados, que me permitió conocer los sentimientos de una embarazada», subrayó Verbeke. Coprotagonizada por los argentinos Pablo Echarri y Nancy Dupla, el nuevo éxito de Verbeke se adentra en la soledad de una mujer soltera, Uma, que desea por encima de todo tener un hijo. Para ello, acudirá a un banco de esperma en el que elige las características genéticas de Nico, el novio de su mejor amiga y el chico de la que se termina enamorando, lo que hará saltar la rivalidad entre ambas. «La película -añadió Verbeke- se rodó en una situación muy complicada -en alusión al corralito decretado por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo- y los productores dudaron entre seguir o parar el rodaje; pero establecieron un principio: el de darle a la gente un mundo idílico gracias a la película; en definitiva, de hacer reír en mitad del sufrimiento». Acostumbradas las pantallas españolas a recibir películas argentinas que, o bien se comportan despiadadamente con la realidad del país -Nueve reinas, La ciénaga-, o bien colocan la situación actual en un crítico telón de fondo, como en El hijo de la novia, Apasionados no retrata en ningún momento la miseria de las calles o la desesperación de los ciudadanos, sino todo lo contrario, a lo que se debe el éxito de la película.