Dramas de Francia y Corean cierran un festival de resultado muy incierto
El director Michel Deville con la actriz Zabau Breitman
Las películas Un monde presque paisible, del francés Michel Deville, y Oasis, del surcoreano Lee Chang-dong, cerraron ayer la sección competitiva del Festival de Venecia, que llegan al final con un resultado incierto sobre los posibles ganadores de los premios, que se conocerán hoy. El veterano realizador francés Michel Deville firma la historia de los habitantes del barrio judío de París en 1946, que intentan sobreponerse a las dificultades de la recién terminada guerra mundial y al drama de la muerte de millones de hebreos. A pesar de la dureza de la historia, Deville no se recrea en el dolor y busca la sobriedad, de manera que no recurre al sentimentalismo, dentro de un correcto trabajo de los intérpretes. Un drama de otras características es el que ha presentado en Venecia el surcoreano Lee Chang-dong, una historia que él califica de «fronteriza» en el sentido de que da la palabra a personajes marginales. En este caso un delincuente, retrasado mental, que conoce a una joven con parálisis cerebral, con la que establece una relación sentimental denostada por quienes les rodean.