Fiestas de pueblo

Realmente este calificativo sólo se lo merecen, paradójicamente, las de la capital. Porque, mientras en León actuaban Pimpinela, Dover, María del Monte, Estopa y Café Quijano, Ponferrada, amén de contar con estos dos últimos grupos, redondeó la cartelera con Chayanne, Bustamante y Azúcar Moreno. Las fiestas de Cistierna, que no disponían, ni de lejos, con 180 millones de pesetas para «quemar» -como León-, también escucharon en directo La taberna del buda en las voces del trío leonés más internacional. Y qué decir de Santa María del Páramo, que además de fichar a Carlos Baute, organizó un espléndido festival de teatro, con la presencia, entre otros, de Faemino y Cansado. Como parece, no es sólo cuestión de presupuesto. Sin duda, el programa de La Encina superó con creces al de San Juan, aparte de que en Ponferrada fueron más asequibles las entradas de los conciertos (por el ejemplo, el de Estopa, dúo que actuó en ambas ciudades). Los responsables de fiestas del Ayuntamiento de la capital deberían tomar buena nota, porque gastando infinitamente más dinero que los demás municipios leoneses, las suyas sí que fueron como antaño eran las de los grandes pueblos. Ahora, de pueblo, sólo quedan las de aquí.