Joaquín Leguina recupera en una biografía al hermano olvidado del general Franco

En 1926, y por primera vez en la historia de la aeronáutica, un avión lograba cruzar el Atlántico. El piloto de aquella aventura se llamaba Ramón Franco. Tenía 30 años y, de la noche a la mañana, se convirtió en uno de los personajes más populares no sólo de España sino de Iberoamérica. «Ha pasado el tiempo y su figura fue eclipsada por la de su hermano, pero en aquel momento llegó a ser más popular que cualquier artista o torero», afirmó Joaquín Leguina, autor, junto a la psiquiatra Asunción Núñez, de la biografía Ramón Franco. El hermano olvidado del dictador (Temas de Hoy). En Iberoamérica fue recibido por los presidentes de Uruguay, Brasil y Argentina. Lo vuelos en el hidroavión Plus Ultra por el interior de estos países eran acompañados con cohetes y fuegos de artificio. «Fue tal el delirio de las masas que Ramón llegó a calificar de tortura lo que estaba viviendo», precisó Leguina. A este baño de multitudes le sucedió un silencio sepulcral. «Dinamitó la dictadura de Primo de Rivera, luego la monarquía, finalmente, en plena guerra, se cambió al lado del hermano; fue un hombre arrojado y valiente, pero ideológicamente no tenía ideas consistentes; fue fundamentalmente un hombre de acción». El heróe del Plus Ultra murió en 1938, en un accidente de aviación. «Se ha especulado mucho acerca de lo que pudo ocurrir: que si un sabotaje, un suicidio, que si le derribó un avión de guerra italiano... Nada de esto es cierto. Se metió en medio de una tormenta y esa fue la causa del accidente», asegura Leguina. Durante el franquismo se convirtió en un personaje incómodo.