«Apostamos más por Operación Triunfo que por la música seria»

-Desde la última vez que se puso al frente de la Sinfónica de Castilla y León ¿cómo ha encontrado a esta orquesta? -La he encontrado bien, con ganas de hacer más cosas y he visto que se puede sacar mucho partido de ella. Ha llegado a un punto en el que debe dar el gran salto y pienso que entonces los resultados serán excelentes. -Esta noche pisará el Auditorio por primera vez, cuando el alcalde le prometió que usted iba a inaugurarlo... -Yo soy muy poco administrativo. Pero el hecho de que hoy esté dirigiendo en el Auditorio un programa que a mí me gusta mucho, me divierte. También estaré en la inauguración del 3 de octubre, porque una obra mía, Tiento de primer tono y batalla imperial, abrirá la temporada y se interpretará también la Novena Sinfonía, de Beethoven, con esta orquesta de hoy y la dirección de Víctor Pablo Pérez. Que comience el concierto con las sonoridad de Cabezón, por el que siempre he tenido una especial debilidad, no me produce más que satisfacción. -Este año el Curso de Villafranca, imbricado dentro del Festival, ha sido uno de los de más alto nivel. ¿La Junta incrementará la subvención? -El Festival de Órgano y el Curso de Villafranca se complementan; mientras uno es la parte digamos teórica, didáctica; el otro, es la parte donde se pone en práctica esa enseñanza. Además tanto el nivel del profesorado como el del alumnado es altísimo y todo eso unido creo que otorga al Curso el éxito necesario. En cuanto a la subvención de la Junta, desde hace doce años es la misma y, aunque no es muy halagüeño, no me preocuparía demasiado. Este año en Villafranca se puso una obra que es muy difícil escuchar, tanto por la obra en sí como por la clase de intérpretes que se necesitan; pues bien, que ese lujo, que también se pondrá en León dentro del Festival, haya pasado sin pena ni gloria, merece una reflexión. Pero vamos a seguir creyendo en los molinos. -Hoy escucharemos su concierto para violín y aunque no le gusta explicar la música, y menos la suya, ¿qué puede decirnos de esta obra? -Es un concierto muy duro, con fuertes contrastes, donde el violín canta y la orquesta le dice algo como: pero no sueñes, estamos en un momento difícil y estamos con los pies en la tierra. Y a veces, lo que sucede es que la orquesta amplía la voz del violín y se pone tan lírico como él. Todo el principio es una introducción que nos va poniendo sobre aviso a cerca de lo que a continuación vamos a escuchar. Hay que dejarse llevar por la música y reflexionar. -En mayo la Sinfónica de Chicago interpretó, con Baremboin al frente, su «Tiento del primer tono y batalla imperial», que volveremos a escuchar el 3 de octubre en León, ¿cómo resultó aquella experiencia? -Estoy muy satisfecho porque el concierto fue un éxito. Lo que más me llamó la atención fue la entrega con la que la Orquesta de Chicago la interpretó. El mismo Barenboim reconoció que habían tocado de una manera especial y concentrada. Habrá más colaboraciones entre nosotros pero aún es pronto para decirlo. -Se ha hablado de un reestreno de su «Don Quijote» en Berlín, ¿es así? -Sí, será dentro de unos meses y lo dirigirá mi hijo Pedro, que fue quien la estrenó en el Real. -Ahora que despuntan excelentes compositores, como Sánchez Verdú o Mauricio Sotelo, pero su obra sigue interpretándose más fuera que dentro, ¿se echa de menos a Cambreleng? -Cambreleng tuvo una cosa muy buena, que sacó la ópera de la nada hacia un protagonismo excepcional, en cinco temporadas. En ese tiempo su gerencia estrenó cuatro obras de autores españoles: García Abril, Bernaola, Luis de Pablo y una obra mía. Ahora no hay programado nada de autores españoles contemporáneos. Con su partida tanto el Real como todos hemos perdido a un gran empresario. -¿Que provenir tiene hoy un compositor español en España? -Por desgracia, aquí seguimos apostando más por Operación Triunfo que por la música seria. -¿En qué trabaja ahora? -Estoy terminando la obra para la Filarmónica de Viena que fue un encargo de este año del Festival de Salzburgo, se llama Adagio en forma de rondó y se estrenará el 4 y 5 de agosto en el Festival por Bishop.