Diario de León

JUAN CAMBRELENG GERENTE DEL TEATRO GIUSEPPE VERDI DE TRIESTE

«Para subsistir el Auditorio necesita al público pudiente»

Juan Cambreleng, ex gerente del Real y actual gerente del Verdi de Trieste

Juan Cambreleng, ex gerente del Real y actual gerente del Verdi de Trieste

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - LEÓN.
León

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Tras cuatro años de gestión al frente del teatro más polémico de España, el Real, al que consiguió elevar a la categoría de los mejores coliseos líricos de Europa, Juan Cambreleng, (Las Palmas de Gran Canaria, 1943), se encuentra en estos momentos al frente de otro de los teatros de ópera con mayor solera de Italia, el Giuseppe Verdi de Trieste, donde acaba de tomar posesión de su cargo de intendente para dirigir una de las temporadas de ópera más emblemáticas de Italia. Consciente de que será un puesto de gran responsabilidad para su carrera, Cambreleng lo afronta con renovada energía y con la experiencia y la esperanza de que sus anteriores logros al frente de empresas similares no han sido en vano. -En un principio se habló de una posible gerencia en el Teatro Máximo de Palermo, ¿qué le ofrecieron en Trieste que no tuviera Palermo? -En efecto, Palermo fue algo que siempre tuvimos en mente, pero en seguida se vio que en Trieste era donde mejor podía poner mis conocimientos al servicio de una empresa que creo conocer bien por haber desempeñado cargos similares anteriormente. Esa, y no otra, fue la decisión principal para que al final este aquí. -Hace unas semanas que tomó posesión del cargo, por lo que ya tendrá diseñado un organigrama para esta temporada... -Hay un intendente que soy yo y formo parte del consejo de administración del teatro, que preside el alcalde de la ciudad, luego hay un director artístico, un director administrativo, un director de servicios generales y más adelante pondré un director musical. Es un teatro que tenía el nombre de teatro Grande pero al día siguiente a la muerte de Verdi se le dio su nombre. Cuenta con una tradición escénica de 202 años y tiene un aforo de 1.400 plazas. Tiene una gran temporada de ópera y otra de conciertos que cubre casi todo el año. -Con usted al frente ¿habrá más presencia de artistas españoles en Trieste? -De momento habrá una zarzuela en la temporada de opereta y luego iremos viendo. Lógicamente, iré trayendo artistas españoles en las temporadas líricas, ya que España es la principal cantera del arte lírico en el mundo. De momento la temporada se abrirá con un concierto del pianista nacido en España Aldo Cecato y luego habrá otras presencias. Además casi todos los años hay un ballet español clásico. -¿Cómo se ve ahora desde ahí la programación española de los grandes teatros líricos como el Real? -Como la tradición y la renovación. Italia es la tradición que intenta renovarse; y España, de avance, porque en un país donde no había tradición operística han comenzado a proliferar teatros de ópera, auditorios, orquestas, compañías..., de tal modo que ahora España está muy considerada en el mundo por sus coliseos y sus programaciones. En Italia hay una cierta crisis de estructuras, mientras que en España sucede lo contrario y cada vez sube más. -¿Tenemos en España voces de calidad que puedan tomar el relevo a Domingo, Kraus, Caballé, Berganza, Victoria de Los Ángeles, Lorengar, Carreras...? -España siempre ha gozado de excelentes voces en el campo de la lírica, lo mismo que Italia, pero ésta, en cambio, ha tenido problemas con las nuevas generaciones. Mientras España hace unos años era un desierto en lo que se refiere a escuela de canto, sin embargo teníamos a las mejores voces del mundo. Ahí están Gayarre, Lázaro, Viñas, Redondo, Ausensi, Supervía, La Malibrán, sin embargo ahora proliferan las escuelas y los cantantes y además tenemos a esas figuras que están tomando el relevo junto a los consagrados. Nosotros tendremos aquí en febrero a María Cantarero, que viene pegando fuerte, cantando la Rosina del Barbero, lo que es una muestra de que en estos momentos a España se la admira y se la respeta en todo el mundo además de contratar a sus cantantes. -Aunque ya es agua pasada, comienzan a escucharse algunas voces como las de Plácido Domingo, López Cobos o Cristóbal Halffter que se lamentan de que usted no continúe al frente del coliseo de la Plaza de Oriente. -Bueno, yo nunca tiré la toalla. Muchas veces no se trata de tirar la toalla sino de luchar contra tus propios convencimientos y esto es lo que yo no pude aguantar. Porque se puede tratar de convencer a este o aquel, luchar contra los políticos, entender a la gente y contentar a un público que exige cosas a veces fustigado por un cierto sector que desde siempre estaba en contra del Real. Todo eso lo admito, lucho y nunca tiraría la toalla, pero cuando te hacen enfrentarte a tus convicciones, entonces eso es muy superior a mis fuerzas y no se puede continuar al frente de una empresa en la que hagas lo que hagas siempre estará mal mirado, porque ya se ha creado una conciencia de culpabilidad que no admite razonamiento alguno. Me alegra y congratula que estas voces comiencen a oírse aunque sea ya demasiado tarde, pero creo que el tiempo siempre acaba por colocar a cada uno en el lugar que le corresponde. -¿Hará en Trieste lo que no le dejaron hacer en el Real? -No lo sé. Intentaré hacer las cosas como mejor entienda que se pueden hacer. Aquí hay también muchas cosas que mejorar, porque hay nuevos tiempos y nuevos estilos. -Usted acuñó una frase que creó cierta polémica y era que quien no tuviera un abono para el Real no se le consideraba importante. En León, ¿puede acabar sucediendo en el Auditorio? -Bueno, lo cierto es que esa frase la puso en mi boca un periodista pero que hizo fortuna y tiene su razón de ser, porque si el dinero no sale del público pudiente entonces ¿de dónde va a salir?. Luego el mismo público valorará a quien merece la pena escuchar y a quien no. Creo que en León se necesita de ese público para poder subsistir y poder contar siempre con un número de localidades más o menos fijas que te permitan programar con una cierta holgura y tiempo. ¿Hay algo malo en ello?

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