Un placer llamado ópera
Las óperas son básicamente obras de teatro en las que los actores en vez de hablar y, aunque también reciten textos, cantan al son de una música interpretada en directo por una orquesta. Así de sencillo. Aunque lo que cantan tenores y sopranos no sean precisamente las melodías predigeridas del pop más comercial, la ópera no debería contemplarse como un espectáculo minoritario, difícil y aburrido dirigido exclusivamente a oídos exquisitos o muy cultivados. Y, menos aún, como una expresión elitista de la cultura. De hecho, las óperas tal y como hoy las conocemos, nacieron en Italia a primeros del XVIII como un entretenimiento de masas, el equivalente a lo que hoy representan el cine o incluso la tele. Por eso acercar la ópera a los niños es la mejor manera de pasar una excelente velada para toda la familia.