En primera persona
Jesuita e historiador español, Fernando García de Cortázar fue Premio Nacional de Historia en 2008. Es también catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto. Pero él puede aportar su relato. «Desde el comienzo de mi vida universitaria reivindiqué una Historia que pudiera intervenir en el presente social y político. Una Historia que debía esforzarse en aplicar su enorme caudal no al lujo de la distracción sino al remedio de las dolencias del mundo. Siempre pensé que la Historia era un magnífico instrumento para denunciar imposturas y apaños. El aislamiento orgulloso de los historiadores ha escondido las más de las veces su manifiesta incapacidad para participar con soluciones en el debate público. En un mundo entretenido por toda clase de sucedáneos, el relato histórico ha mordido con demasiada frecuencia el anzuelo de la trivialidad siendo posible publicar el apasionante discurrir del juego de la petanca en la región parisina mientras se daba la espalda a los gravísimos problemas de España y a un presente tan desalentador. A los intelectuales de comienzos del siglo XX les avergonzaría el silencio».