Ni está ni se le espera
San Isidoro, blindado por la pandemia
El Museo de San Isidoro lleva cerrado tres meses y así seguirá hasta que mejore la pandemia. El confinamiento ha retrasado la reforma del museo, cuando está a punto de empezar la restauración de las pinturas del Panteón Real. Ambas obras pondrán fin a la magna rehabilitación de la colegiata, que comenzó en 2001, y ha costado 5,3 millones.
La pandemia mantiene cerrado San Isidoro a cal y canto. Hace tres meses, con el primer repunte de la covid-19, el museo decidía cancelar las visitas. Los tesoros de la colegiata seguirán bajo llave hasta que no se reduzca la cifra de contagios. La directora del Museo de San Isidoro, Raquel Jaén, asegura que su intención es esperar a que concluya el confinamiento. Sin embargo, Alfonso Fernández Mañueco, anunciaba el jueves nuevas medidas restrictivas ante el avance del coronavirus; la principal, que Castilla y León permanecerá cerrada mientras se mantenga el estado de alarma (9 de mayo).
Jaén espera que la vacunación masiva y los actos del Año Jacobeo provoquen un «efecto llamada» que permita enmendar los malos resultados del último año, cuando el confinamiento coincidió con la temporada alta, en plena Semana Santa, época en la que el Santo Grial y el resto de las obras de arte que custodia la colegiata reciben mayor número de visitantes. «Con la finalización de las actuales obras del museo», dice, «esperamos ser un reclamo para la ciudad».
Asegura que la restauración «avanza muy bien», aunque estaba previsto que concluyera el año pasado. De momento, no hay fecha prevista ni de reapertura del museo ni de inauguración de las nuevas estancias. Unos trabajos largamente esperados, que financian la Fundación Montemadrid, que aporta dos millones de euros; y el Cabildo, que contribuye con otros 500.000.
En los próximos meses comenzará además la restauración de las pinturas murales del Panteón Real, la denominada ‘Capilla Sixtina del románico’, en las que la Junta invertirá 180.000 euros.
Aunque la reforma del museo se ha hecho en secreto y a puerta cerrada, la Fundación Montemadrid y el Cabildo anunciaron importantes hallazgos arqueológicos al inicio de los trabajos. En las excavaciones salieron a la luz buena parte de los 2.000 años de historia de este enclave, desde época romana a las construcciones civiles y religiosas que representaron el centro de poder del Reino de León. A solo 40 centímetros de profundidad se encuentran algunas de las claves del edificio. Hornos de fundición de campanas, cimientos primitivos y una monumental puerta —en la misma ubicación que la minúscula que ha dado acceso al museo desde los años 60— son algunos de los hallazgos.
Pocos detalles del proyecto, diseñado por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, han trascendido hasta ahora, salvo que se triplicará el espacio expositivo (de 1.200 a 3.200 metros cuadrados) y se abrirán estancias que no formaban parte hasta ahora de la visita al museo, como la escalera renacentista, el adarve de la muralla, la torre o las galerías altas del claustro Fonseca.
Tesoros inéditos
La ampliación posibilitará mostrar obras de arte que no se exhibían ahora, como el ajuar funerario de la infanta Doña María o el Pendón de Baeza, que previsiblemente se enseñará en la capilla más enigmática y secreta de la colegiata, la de la Magdalena, que no se ha abierto nunca al público. El museo cumplirá la normativa de accesibilidad, al desaparecer la angosta escalera de caracol que daba acceso a la Biblioteca y la Cámara del Tesoro. La joya del románico, donde se celebraron en 1188 las primeras Cortes parlamentarias y donde Alfonso V promulgó hace mil años el Fuero de León, no disponía hasta ahora de ninguna sala que recreara dos acontecimientos históricos tan excepcionales.
La reforma del museo y la restauración de las pinturas del Panteón Real serán las últimas obras de la magna restauración de la colegiata que comenzó en 2001 y en la que se han gastado más de 5,3 millones de euros.