La colombiana Pilar Quintana gana el Alfaguara de novela
La colombiana Pilar Quintana (Cali, 1972) es la ganadora del premio Alfaguara de novela, dotado con 175.000 dólares (unos 144.000 euros), y que falló ayer su vigésima cuarta edición en la Casa de América de Madrid. Se lo adjudicó por mayoría con Los abismos , una novela sobre el universo femenino, sobre los anhelos y frustraciones de las mujeres de su generación vistos a través de los ojos de una niña. Quintana, que presentó su novela bajo el seudónimo de Claudia de Colombia, toma el relevo del mexicano Guillermo Arriaga, ganador el año pasado con Salvar el fuego . La novela ganadora se publicará simultáneamente en todo el territorio de habla hispana.
El jurado destacó como Los abismos «se adentra en la oscuridad del mundo de los adultos a través del punto de vista de una niña que, desde la memoria de su vida familiar, intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres». «Con el telón de fondo de un mundo femenino, de unas mujeres atadas a la rueda de una noria de la que no pueden o no saben escapar, la autora ha creado una historia poderosa narrada desde una aparente ingenuidad que contrasta con la atmósfera desdichada que rodea a la protagonista», agregaba el fallo. Elogió su prosa «sutil y luminosa», en la que «la naturaleza nos conecta con las posibilidades simbólicas de la literatura, y los abismos son tanto los reales como los de la intimidad».
«Soy hija de una generación de mujeres que no pudieron decidir qué querían ser en la vida, destinadas a casarse y tener hijos. Mi madre quería estudiar Derecho y su padre se lo impidió, y ahí está el origen de la novela», explicó desde Colombia su autora. «Mi madre no tuvo la libertad de elegir entre ser profesional o tener una familia, una libertad que yo sí tuve», se felicitó Quintana, madre de un niño de cinco años. «La generación de mi madre lo tuvo más difícil que la mía y mi padre se puso bravo conmigo cuando quise ser escritora, pero al tiempo me prestó libros y me ayudó a ser alguien de cultura», agradece Quintana, que retrata en la novela ganadora «la ciudad de Cali de los sesenta y la de los ochenta en la que yo viví». La vida de Claudia, la protagonista, transcurre con normalidad. Vive una infancia sin preocupaciones, «como tantas otras, porque todas las familias felices se parecen».
«Pero como cada una es infeliz a su manera, de repente irrumpe en la ecuación alguien ajeno a ella que acaba con la armonía. La vida se convierte entonces en otra cosa cuando se quiebra la línea recta del camino, desbaratada en favor de esos monstruos sin nombre, martilleos constantes hacia la agonía de sufrir cada minuto y acariciar los abismos, fríos, crueles», afirma.