Checa se sumerge en 200 años de prensa regional
Historiador y director de periódicos lanza un gran ensayo de interpretación
La prensa castellano y leonesa (Editorial Fragua) es todo un cajón de sastre de los periódicos regionales en forma de ambicioso ensayo. De hecho, el epígrafe delimita el estudio desde 1793 a 1975, año total de cambios en España con la muerte de Franco y el fin de la Dictadura . Pero la prensa ya estaba ahí. Antonio Checa Godoy (Jaén, 1946) es profesor jubilado de la Universidad de Sevilla. Dirigió El Adelanto , de Salamanca. Gran historiador de los medios, no solo españoles, preside actualmente el Consejo Audiovisual de Andalucía.
El libro viaja por todas las provincias de Castilla y León, y por supuesto en esta provincia .
Así, se demuestra que León fue floreciente en medios, y el libro lo cuenta. Incluso con un índice curioso y escueto: « La Asociación . León. Republicano. 1869-1872». También existió « El Campeón . Independiente, luego posibilista. 1884-1897». Son las formas concretas de describir la diversidad ideológica del momento y momentos históricos. Otro ejemplo: « El Heraldo de León . Liberal. De 1896-1905».
El relato general surge a partir de la propia configuración actual de Castilla y León. Así, dice: «Nueve provincias que configuran hoy la más extensa comunidad autónoma europea y en ella más de un centenar de ciudades que han creado desde el siglo XVIII varios miles de periódicos, una veintena de los cuales han superado o bordeado el siglo de existencia», inicia Antonio Checa.
Y se habla de un apasionante mundo que tomaba su forma y en donde la prensa jugaba un papel crucial. «Historias de imprentas y periódicos dándose la vida unos a otros. Periódicos del cacique y contra el cacique. Periódicos con la enseñanza como preocupación y la situación del maestro como reivindicación. Revistas religiosas, que se dirigen a la parroquia inmediata o buscan la internacionalidad de las misiones. Centenares de artículos con la eterna queja sobre la postración del campo y el olvido de los pueblos, muchas décadas antes que se hable de la España vacía. La tragedia de guerras, como la civil de 1936-1939 o la de la Independencia, con sus secuencias de sangre o cárcel. No abunda la vanguardia, pero si el tesón. Bien pocos se enriquecen con la prensa, algunos consiguen al menos vivir gracias a ella, muchos se empobrecen, o incluso arruinan, por su causa», se puede leer.
En definitiva una historia que no ha de ser lejana, puesto que es la historia de los periódicos, y sobre todo de los periodistas, «en una visión por encima de localismos, pero no al margen de esfuerzos e inquietudes locales. Con muchos textos de los propios medios y testimonios. Dos siglos de la historia de Castilla y León», explica el autor.