Diario de León

El inconformista polaco

La «tercera inauguración» del Auditorio Ciudad de León tendrá lugar hoy, a las 20.30 horas, con la actuación de uno de los compositores y directores más prestigiosos del momento, el polaco Kristof Penderecki, al frente de la Orquesta Sinfónica

El maestro polaco Kristof Penderecki actúa esta noche en el Auditorio

El maestro polaco Kristof Penderecki actúa esta noche en el Auditorio

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - LEÓN.
León

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Fue en el otoño de 1986 cuando el compositor polaco Kristof Penedercki, Premio Príncipe de Asturias de las Artes del 2001, vino por vez primera a León invitado por el entonces director del Festival Internacional de Órgano Catedral de León, Adolfo Gutiérrez Viejo, para tomar parte en la tercera edición del evento que precisamente en estos días está concluyendo su XIX edición. En aquella ocasión traía bajo el brazo una partitura incendiaria: su Réquiem Polaco, una obra dedicada a los habitantes del ghetto de Varsovia por su resistencia contra la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial que se iba a convertir en poco tiempo en una obra emblemática y esperanzadora, en una suerte de canto a la libertad que combinaba con toda precisión atmósferas pletóricas de un expresionismo cósmico, lleno de un profundo misticismo y la aparente sucesión de estados anímicos de distinta intencionalidad junto a procedimientos técnicos muy diferentes derivados de la tímbrica como principio generador común en toda su obra. Adolfo Gutiérrez Viejo le invitó a venir a León para que estrenara en España y en concreto en la Catedral dentro del marco del Festival, éste Réquiem que hoy volveremos a escuchar de nuevo en el Auditorio. «Eran momentos especiales para Polonia, dice Gutiérrez Viejo, y Penderecki, siempre comprometido con las causas sociales, apoyó abiertamente al líder polaco Walesa lo que le acarreó un sinnúmero de críticas y a ser marginado por sectores concretos de su pueblo. Cuando llegó a León le traje hasta la Catedral enseguida y recuerdo que quedó impresionado al entrar en ella. Se emocionó tanto que dijo al terminar de dirigir su Réquiem que nunca antes había sonado tan bien su música como en esta Catedral y añadió que cuando regresara a León en el momento que fuera no dejaría de volver a visitarla. Hoy estará de nuevo en León para dirigir su Réquiem en el Auditorio y a buen seguro que se acercará hasta la Pulcra para volver a revivir recuerdos de hace 16 años y a quedarse maravillado ante tanta belleza». No hay indiferentes La música de Penderecki en ningún momento deja indiferente al oyente. Su mensaje inquietante y revolucionario, sus sonoridades a veces molestas al oído educado en otras tímbricas menos desgarradoras es como un revulsivo que impele a la acción, a participar de algo a lo que el oyente se sientes unido sin saber por qué. Una música que resulta impactante y cautivadora en medio de tanta música exageradamente intelectualizada, que a su vez presenta planteamientos científicos-matemáticos como procedimiento ideal en la creación artística contemporánea y como panacea capaz de remediar y resolver los grandes problemas que todas las artes, y de modo singular la música, plantean. Una música que para algunos sólo era ruido por lo que se opusieron a interpretarla como sucedió en su presentación con la ONE, hace 26 años, cuando un profesor de la orquesta se negó a tocar ni una nota de este Réquiem, porque para él no eran más que ruidos. «Esto me sucedió en los sesenta en más de una ocasión, dice Penderecki. Muchas orquestas, rehusaron tocar mi música. Algunas hasta se pusieron en huelga para no hacerla, como ocurrió con la de la RAI en Roma. Decían que no era música, tal vez por esas especiales notaciones que hacía, y que nunca habían visto. Tuve a mi favor el contar con un director tan bueno como Michael Gielen».

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