El lado oscuro del deseo

Organizado por la Cope esta noche a las 21.00 horas en el Teatro Emperador la Compañía Nacional de Ópera de Bulgaria pondrá en escena una de las obras más conocidas del repertorio verista, Tosca, de Giacomo Puccini, con un reparto en el que figuran Linka Stooianova en el papel de Floria Tosca, Rubén Doykov, en el de Mario Cavaradosi y Román Mayborada, en el del barón Scarpia. El precio de las localidades es de 20 euros. Dentro de las producciones que habitualmente presentan las llamadas compañías itinerantes de ópera, como la que hoy subirá a escena la Tosca pucciniana, hay que decir que aunque presentan un cierto grado de dignidad, no es habitual en ellas que piensen en los grandes artistas que las compusieron para deleitar al público, ya que viajan con cien o doscientas óperas en repertorio y en esas condiciones no se puede pedir demasiado. De todos modos, en una ciudad como esta donde la ópera y la lírica en general están prácticamente olvidadas y las poquísimas que hay se sirven a cuentas gotas, pese a la demanda de un público entendido e interesado por la lírica, este tipo de producciones suelen tener un cierto éxito y los aficionados acuden en tropel para aplaudir las escasas manifestaciones de canto que aquí y allá despuntan. Más de 60 obras han sido realizadas por este colectivo búlgaro en los últimos años, entre cuyos títulos destacan obras como Bodas de Fígaro, Butterfly, Ópera de seis peniques, El gallo de oro y las más conocidas del repertorio lírico actual: Tosca, Bohéme, Traviata, Rigoletto... La ópera original de Puccini Tosca, con libreto de Luigi Illica y G. Giacosa, sobre un drama de Víctor Sardou, fue estrenada en el Teatro Constanzi de Roma y, en el mismo año, en la Scala de Milán, con un éxito inmediato, pese a los intentos de boicotear la obra haciendo correr el rumor de que una bomba iba a hacer explosión en la sala. La acción transcurre en Roma, durante el mes de junio de 1800. En el primer acto, en la iglesia de San Andrés del Valle, la cantante Floria Tosca, amante del pintor Mario Cavaradossi, revela indiscretamente una pista sobre el escondite de Angelotti, cónsul de la República al que busca la policía y a consecuencia de ello Cavaradossi es arrestado. En el segundo acto, en el apartamento de Scarpia en el Palacio Farnesio Mario, es torturado mientras Scarpia promete a Tosca la puesta en libertad del pintor si ésta consiente en satisfacer sus deseos. Una vez que Tosca ha conseguido el salvoconducto mata a Scarpia y huye. En el tercer acto, en el castillo de Sant Angelo, Mario debe simular que muere al ser fusilado. Tosca ve con horror que tras el fusilamiento fingido Mario no se levanta y desesperada se arroja al vacío. Tosca rompe cono todas las tradiciones decimonónicas y su virtud radica en la completa novedad musical que supuso para la época la inesperada audacia de un lenguaje musical al que incluso Schömberg rindió honores. Tosca es, ante todo, una ópera contestataria, que se adelanta a su época y a las costumbre de una sociedad hipócrita y zafia. De todas las óperas de Puccini, Tosca es la que más ardor y odio ha suscitado. El día de su estreno provocó en Francia el desdén de gran parte del público y el compositor P. Dukas concedió a su autor más mañana que genuina personalidad y Debussy quedó espantado ante la posibilidad de que los veristas pudieran ejercer alguna influencia sobre el arte francés. Hizo falta medio siglo para que Tosca, que alcanzó la popularidad inmediatamente, lograse imponerse entre los propios músicos. Esperemos que en León el éxito sea inmediato.