La Casona de Villapérez, sede de la Fundación Vela Zanetti, abre una sorprendente exposición de Ana Cristina Martínez
El juego de las miradas
En la Casona de Villapérez, sede permanente de la Fundación Vela Zanetti, se inauguró ayer una exposición de arte que, como mínimo, debemos calificar de sorprendente. La joven leonesa Ana Cristina Martínez ha trasformado las antiguas salas del gran caserón. Cuatro instalaciones, creadas pensando precisamente en la intervención de los espacios donde habrían de ubicarse y una muestra de sus últimas obras pictóricas, nos obligan a penetrar en un mundo irreal, peculiar y muy personal, con Ojos dormidos. Comienza el espectáculo en vestíbulo con la instalación Sobre el puente de tus ojos. Una tela plástica, que produce la sensación de ser metálica y una chapa sobre la que se pisa, intentan «crear un camino obligado para entrar en la exposición. Lo que pretendo -dice la autora- es provocar que la gente acceda al edificio por una misma senda, todos por el mismo camino, aunque siempre habrá alguien, lo mismo que sucede en la vida cotidiana, que se salga del camino marcado». La segunda instalación se titula Nubes y está planteada para una de las salas más verticales y longitudinales. «Lo que he pretendido -comenta- es, con unas líneas muy tirantes, que están hechas a base de tela blanca, inventar diversos espacios. La luz tiene una gran influencia al proyectar sombras de unas telas sobre otras». La tercera de las instalaciones, Ojos dormidos, está formada por doce estructuras metálicas, con una almohada blanca cada una de ellas, que simulan camas, y unas fotografías de personas de diferentes edades con los ojos tapados. «No es lógico -nos cuenta- descansar con los ojos tapados, volvemos al juego de la mirada. Hay gente que mira sin ver, hay otros que ven sin mirar y hay algunos que se tapan los ojos para no ver. Creo que esta instalación puede producir una sensación de angustia en el espectador». La última de las instalaciones de la muestra no tiene título. «Está formada -aclara la artista- por varios montones de tierra de dos colores diferentes sobre los que hemos puesto un peso que los está presionando. Pero es un peso casi invisible, son planchas de cristal. Un peso que no se ve pero que está ahí y hay que descubrir con la mirada». Dice Eduardo Aguirre, secretario de la Fundación Vela Zanetti, sobre la muestra que «Ana Cristina ha podido trabajar con plena libertad para actuar sobre los espacios, transformándolos en misteriosas atmósferas, que nos enseñan a adentrarnos en lo real por caminos no convencionales, uno de los hallazgos del arte de vanguardia.