Fotografía
Fogonazos de realidad en los ojos de Luis Vidal
El proyecto ‘Gente corriente’ del fotógrafo leonés sigue su curso como un retrato sociológico urbano Ayer dejó el ILC
Todo lo que pasa en las fotografías de Luis Ángel Vidal Manceñido es verdad. Usted, también. Cuando dentro de muchos años se quiera saber cómo eran las ciudades, ahí estarán sus fotos. Bien mirado, es todo un tratado de sociología urbana sobre el hacia dónde vamos. Porque, en las fotografías de Vidal el secreto está en el movimiento. Gente corriente es el proyecto, que es casi de vida, en el que el leonés se encuentra ahora embarcado y que ayer cerró sus puertas en el Instituto Leonés de Cultura de León. Próxima parada, quién sabe. Depende de tantas cosas como instituciones hay en España. Lo que es seguro, es que la idea sigue, porque mientras existan las ciudades y la gente, ahí estará la cámara de Vidal.
«Se trata de una serie de fotografías de un proyecto que llamo Gente corriente , y que aborda la vida en la ciudad, las consecuencias del ritmo frenético, de una sociedad competitiva», explica acerca de unas fotografías que retratan instantes tan casuales como buscados. El propio Vidal afirma también que hay claves como piruetas que dan coherencia y que unen imágenes aunque se desarrollen y hayan sido retratadas en ciudades de lo más diverso.
Es decir, que en Gente corriente está el individuo y su entorno. Y lo que pasa entre ambos es el argumento.
«Es una fotografía sincera», concluye el autor. Y podría decirse, por las pistas que da, que el secreto puede estar en ese movimiento, en el rojo que o predomina o aparece como detalle. Pero esto no deja de ser parte del artificio artístico, porque también hay mucho de arte en estas imágenes que a veces reservan una mirada espectacular de lo que ocurre en las ciudades.
Fotografía de Luis Ángel Vidal titulada ‘Espejito, espejito’. L.A. VIDAL
‘Tránsito’, imagen de Santo Domingo presente en la muestra. L. A. V.
La otra parte fundamental es la gente: «¿Quién me ayuda a contar todo? La gente corriente», se pregunta y reafirma el fotógrafo leonés, que por su parte lo que propone no es ni personas ni personalidades que se salgan de lo normal, sino los que discurren por las calles de, por ejemplo, hoy en León.
Es así cuando se puede decir que Luis Ángel Vidal retrata la vida. Porque hay ritmo, belleza, secuencias y escenas que traducen el día a día y que no tienen por qué partir de un momento excepcional, sino de lo que ocurre en la calle, sin trampa ni cartón, cumpliendo sin que sea ese el objetivo con lo de dar cuenta de una misión parecida al periodismo urbano.
Entre tanto, Vidal porta una cámara, o simplemente su teléfono móvil, no para forzar la instantánea pero sí para esperar con paciencia a que ocurra ese suceso que es la vida en marcha de las ciudades.
Por eso las piezas encajan, mientras él no se presenta como observador entrometido sino como testigo, a veces estético, pero siempre al corriente de lo cotidiano.
Hay mucho León, pero también Helsinki, Bilbao, Buenos Aires, Barcelona, Avilés, A Coruña, Atenas... Y el ojo del espectador se da cuenta de las coincidencias. Y hay técnica e instantánea y hasta autorretrato.
Por eso, en este Gente corriente , proyecto que sigue en movimiento, como sus personajes, se cuenta el hecho normal de cruzarse por la calle; que para el personaje puede ser la ruta de su vida para explicar su pasado o para descubrir su futuro.
Realmente, la gran pirueta fotográfica de Luis Ángel Vidal es el relato. Desde títulos como El protegido a Tacones lejanos . Puede que uno no se encuentre a Vidal descifrando un paisaje por muy espectacular que sea si no está la vida de las personas. Como aquella circunstancia de Ortega.