Las mil y unas voces de Óscar Chamorro
Un día es Robin Hood y otro es Sherazade. O Sancho Panza. Lo consigue Óscar Chamorro siendo la voz de los libros. Mil páginas al mes o más de 70 libros en esta etapa son algunas de las metas alcanzadas para ser el mejor.
El apellido le delata y su voz es su alimento. Pero a Óscar Chamorro, esa herramienta hablada le deparaba un futuro que no estaba escrito. O sí. Porque ahora se dedica a poner su voz en audiolibros, que es una forma de leer de oído gracias a él y ser audiolector. Los libros del prolífico Alberto Vázquez Figueroa, por ejemplo, suenan a través de Chamorro. Y acaba de terminar un proyecto de literatura colosal: Las mil y una noches . Han sido casi tres meses de labor. El periodista, locutor y presentador leonés trabaja principalmente con Audiomol, una empresa pionera en la materia con Eduardo Arenal a la cabeza. «Es el mejor jefe que he tenido en mi vida. Me propone el libro y yo me pongo a trabajar sobre él y todo fluye a la perfección», explica.
Claro, todo fluye a base de muchas horas al día con constancia de lunes a viernes, en donde primero descubre la historia, la lee, determina los personajes, y cuando comienza la grabación tiene claros los tonos de los personajes, los matices de la entonación y la dicción.
«Todo el bagaje en radio, en teatro, en estudios de locución me ha ayudado», matiza Óscar Chamorro que dio sus primeros pasos en aquella desaparecida Antena 3 Radio, donde se enamoró de una profesión de la que ahora, más que amar, duda.
«Aunque ahora se trabaja desde aspectos técnicos muy rigurosos», explica desde su casa estudio en Villaobispo, «a pesar de trabajar en soledad me parece que es como un filandón. Se trata de contar leyendo la historia», afirma. Puede producir unas 75 páginas diarias, aunque detrás hay un trabajo de preparación y edición igual de importante.
Y Chamorro disfruta de este trabajo porque además de ser un entusiasta de la vida, él mismo dice que si no se toma las cosas con intensidad no se queda a gusto. «Espero que este sea el trabajo de mi vida», asegura, demostrando que los seis años que lleva en él no le han desgastado un ápice.
Al contrario, hace balance y parece que pide más: «He sido de todo gracias a estos libros. Un ladrón, una pulga, un niño. Hasta Don Quijote en Alcalá», relata. E incluso, Chamorro apuesta por la superación: «Aspiro a ser en esto el mejor de España. No creo que seamos muchos dedicándonos a ello», asevera. Y es que ser voz de audiolibro tiene también algunos secretos y exigencias que ha desarrollado para ejercerlo en unos niveles de exigencia y excelencia máximos.
Así, la garganta es su oro personal. Y la cuida. «Tomo jarabe de pino, que tiene propóleo y miel», descubre, además de luego mantenerse en forma a base de vida sana para que su voz salga a la perfección.
«Voy camino de los 50 años y créeme que trabajar en casa, siendo hoy Robin Hood y mañana Sherazade o Sancho Panza, o un adolescente, o incluso he sido una pulga en las partes íntimas de una chica en Memorias de una pulga, es muy apasionante, y cuando saco adelante un libro es ya como un hijo que estará ahí siempre, y además trabajando con gente seria como Eduardo Arenal de Audiomol o Cristina Mosquera de Storytel, el sueño de vivir de tu voz desde cualquier sitio del mundo se hace realidad y te sientes mucho más valorado que en los medios. De mis 28 años en radio y televisión me quedo con el cariño de mis oyentes, espectadores, colaboradores, invitados, algunos compañeros, y de las empresas que fueron clientes», relata.
Las Mil y una Noches puede que haya sido su punto de inflexión, al menos en lo cuantitativo: «Son seis tomos de 500 páginas que me han llevado casi tres meses», advierte. Pero seguro que será un gran peldaño para un objetivo que tiene claro: «Mi objetivo es ser de los que más descargas tengan y estar entre los locutores favoritos de las mejores plataformas para que sigan confiando en mi trabajo». A todo esto, da un dato económico: durante el confinamiento, el consumo de audiolibros creció en EE UU un 253%. Una de cada tres personas descarga audiolibros y el negocio factura 2.500 millones de dólares al año.
Saga familiar
Si en esto de los audiolibros hay que tener presentes dos tonos: el narrativo y el interpretativo, en esta voz de saga diríase que confluyen muchos más. Porque, si Félix Chamorro, su padre, es voz mítica de la radio de toda la vida; y Javier Chamorro, su hermano, es animal de radio de ahora, Óscar, tercero en concordia, es de los que vale para un roto y para un descosido. De los que valdría para anunciar la muerte de Franco o que ya hay vacuna para el coronavirus. Y acto seguido contar que Los Cardíacos sacaron disco o entrevistar a un tasquero del Barrio Húmedo. Y se dan estas circunstancias de versatilidad porque se trata de una voz única. Aunque ahora resulte que sus nuevos hitos consistan en lo contrario: en tener tantas voces que se puede decir que estos tiempos suyos son sin duda los de las mil y una voces de Óscar Chamorro.