«La tradición moriría si no tuviera duende»

«La música tradicional tiene que tener algo para haberse mantenido durante tantos años en activo, divirtiendo a tantas generaciones». Son palabras de Antón Varela, el gaitero del grupo gallego Os Cempés y constructor de instrumentos, a propósito de la vigencia actual de este tipo de música. Su formación ofrece esta noche, a las 21.00 horas, un concierto en el Auditorio Ciudad de León dentro de las Jornadas Nacionales de Cultura Tradicional en el Camino de Santiago Francés que tiene a la capital leonesa como epicentro de un sinfín de manifestaciones culturales propias de las regiones enhebradas por la Ruta Jacobea. Las entradas cuestan cinco euros. Os Cempés es un grupo ya clásico en el panorama musical de la vecina comunidad autónoma. Su primer disco, un directo titulado ¡¡Opa-hiii!! (1996), se convirtió en todo un fenómeno sonoro por su atrevimiento, vitalidad y energía, donde los temas tradicionales eran interpretados con un vigor inusitado y unos arreglos armónicos novedosos y llenos de ritmo. Antón Varela no tiene palabras concretas para definir este proceder; para él es simplemente «nuestro estilo», y en esos dos términos resume toda la frescura, el espíritu festivo y la potencia interpretativa de Os Cempés. Todos esos rasgos salieron a relucir en su primer disco, de donde surgieron las líneas maestras para su segundo y tercer álbumes, ya grabados en estudio: Capitán Re y Circo Montecuruto. Precisamente es el espectáculo ensamblado alrededor de este último trabajo, con el que han recorrido la Península durante el verano, el que llega hoy a la capital del Viejo Reino. Según cuenta Antón Varela, el repertorio del conjunto está basado en sones tradicionales, en temas propios y en préstamos de otros lugares (como el vals judío que tocan, simplemente, «porque nos gusta»), y en estos momentos se encuentran trabajando en un nuevo disco todavía «más potente». A propósito del boom que vive actualmente la música folk, Varela reconoce que aunque es beneficioso para los profesionales que se dedican de veras a este ámbito, «ya se está acabando» porque es «algo exagerado». «Las cosas caen por su propio peso -advierte- y el mundo de la música folk ya está comenzando a asentarse de nuevo». El propio mercado, a su juicio, lleva a cabo una selección «cruda pero real», señala. Varela comenta, divertido, que ellos se dedican a este menester «porque es lo que sabemos hacer»; y también puntualiza que la música tradicional actual, la que está pasando de padres a hijos y se toca sin demasiada formación y complicación técnica, -como sucedía antes con la tradicional- «es el rock». Una apreciación sociológica que, sin embargo, no quita para que las melodías de siempre, revitalizadas, no continúen diciendo algo a la gente, «porque están en las neuronas de todos nosotros». En cuanto al déficit de formaciones folk del que adolecen algunas zonas distintas de Galicia, Varela cree que lo importante es considerar a la cultura como «conjunto» y que la gente «debe protagonizar su recuperación».