La ley del rock según Carlos Balacera

Aquella canción de Balacera que quedó en el recuerdo, ahora sale en forma de disco como mandan los cánones, en un total de 12 temas que son hallazgos de rock, americana y otros estilos. Rock and Roll por el artículo 33 . Suena a declaración de principios, pero el personaje no puede con la persona que es Carlos Morán Fernández, el artífice, y atrevido, que con la que está cayendo se planta en la actualidad con un nuevo trabajo que huele y suena a nuevo. Atención a la edición del proyecto bajo la marca de Marciano Sonoro Ediciones. Porque se trata de una propuesta física en forma de libro y disco en la que ninguna de las dos partes molesta a la otra. Morán Fernández , curtido en mil conciertos, es ahora un francotirador de la palabra, léase libros y redes sociales, pero que en el cara a cara da la sensación de ser capaz de pactar con Dios. Por lo tanto, también con el diablo.

Este trabajo cuenta con una aportación que en León es fundamental y que no es otra que la de Pepe López. Músico multiinstrumentista, productor, también un fijo en el elenco de Fabián o los siempre grandes inventos de Javier Arias o Javier Baillo, por ejemplo. Así, el disco tiene su participación total, y en el que de alguna manera contribuye a que las canciones de Carlos Balacera encierren una riqueza tanto musical como estilística en una grabación de máximo nivel.

Explica el propio Balacera que de febrero a julio de 2020 se fraguó la grabación. Y que, lejos de conflictos existenciales creativos, se lo pasó bien. «Iba andando desde Villaobispo a la Plaza del Huevo, hasta el estudio, y trabajamos siempre muy a gusto», dice. Un trabajo a dos que tuvo la participación de Nadia Álvarez como única aportación externa.

Y puede que en esas caminatas surgieran ideas que luego dieron forma a lo que es una propuesta exclusiva, que, aunque tenga las obligatorias versiones digitales, en su presencia física, con textos, fotos de Virginia Aguado, y toda la imagen que propone David Robles, crean una exquisita presentación casi como objeto a coleccionar.

Pero hay que añadir a mayores cierto espíritu errante, arriero, de este astorgano que después de lo que fue Balacera como banda de carretera ahora opta por plantear sus trabajos desde cierto punto de vista observador. Así, más que pasar al ataque, dice, mezclando lo que se fue y lo que se es: «Somos los de la noche y la imaginación. Los que aportan algo diferente», y lo asegura tanto en lo creativo como en las aspiraciones.

Detalle de la portada del disco, obra de David Robles . DL

Por ello, el resultado es, sin comparaciones odiosas, tal vez el último disco que ha salido en León como se entendía el mundo de la publicación. En medias de la pandemia el trabajo consistió en rematar la forma en la que iba a quedar a gusto del artista y para consumo del público.

En Rock and Roll por el artículo 33 hay una parte que es casi una guía de vida de Balacera. Porque junto las doce canciones que suenan forman parte de treinta y tres, que son tan temas como historias.

Estrella del rock

«Nunca quise ser estrella del rock and roll», insiste el leonés. Y para más señas, llega a afirmar que en toda su carrera, por supuesto con los míticos Balacera, «fuimos antihéroes de rock. Tuvimos la suerte de codearnos con las estrellas, eso sí, pero nuestro sitio siempre fue la otra punta», reflexiona.

Y así, da la sensación de que, aunque siempre en compañía, Morán Fernández actúe con cierta propensión a lo solitario. Y aquí surge una posibilidad que tiene más de legendario aunque sea real como la vida misma. Aquellos dos años en el Castillo de Coca, en donde estuvo trabajando y viviendo, seguro que forjaron un espíritu tan libre como fuerte. El de un tipo de sentencias duras como discurso pero que a la hora de enunciarlas se convierten en propuestas más acogedoras.

Como este trayecto vital que es Rock and Roll por el artículo 33 y que son 33 canciones, 33 años y 33 letras acompañadas de mucha historia. A la que parece que le falta lo que vendrá: la necesidad del directo para demostrar que lo suyo es la ley del rock.