Fotografía
«El dolor puede ser el mejor de los maestros»
La fotografía de Carmen Coque es un éxito que se multiplica. Sus obras sobre los Antruejos son noticia por partida doble: como adquisición de la Junta y en el ILC. Pero tiene más planes.
Carmen Coque sonreirá al oír la frase sobre si es la fotógrafa de moda. Lo podría ser. Muchos, con menos, lo aceptarían. Realmente, por ahí no van sus disparos, sino por contar con sus imágenes lo que le rodea con excesiva modestia y sensibilidad. Desde esos impactantes Antruejos, que le sirven ahora, como selección de un proyecto de años, para formar parte de la obra adquirida por la Junta; o en la presencia en la exposición en el ILC junto a 87 creadores leoneses bajo el título de Apuntes para una colección , Coque se sitúa como testigo fotográfico de excepción del momento. Porque tiene más planes. Con Carlos García Álix, artista, pintor, cineasta, participa en el proyecto Salva lo público , dirigido a poner en valor la sanidad, la educación y sectores relacionados. Pero en lo individual tiene pendiente la exposición en el Museo de León, resultado de haber ganado el Quinto Certamen de Fotografía Urbana Leonesa. Ahí, según las bases, podrá exponer diez piezas de su creación. Es decir, que si no está de moda, el día que esto ocurra sus fotografías invadirán la ciudad. Algo que no pretende, ya que en su caso explica una relación muy sentida con León: «Tenemos que aprender a escuchar a León y ser el reflejo de lo que nos cuenta. León es maravillosa», asegura.
«Intento leer las señales que la vida nos envía. A veces, negarse a cambiar es la manera de mantenerse firme. Todo va cambiando pero todos somos esclavos de nuestra propia identidad. Y las ciudades se construyen así. Nos empeñamos en darle forma a las ciudades y son ellas las que nos dan forma a nosotros», afirma.
Así surge en bandeja cuál será su fotografía de León: «Es una ciudad pequeña pero maravillosa. Con lugares ocultos, soledades y vidas ocultas. Platón viene a decir que la ciudad nace porque ninguno de nosotros se basta por sí mismo», advierte.
A lo que se puede decir que ella añade una reflexión más, y que se podría resumir como de empatía artística. «Ahora mismo hay gente trabajando de puertas para dentro y haciendo cosas maravillosas. Por eso no me planteo si estoy de moda, ni tampoco lo cultivo. Para mi, el arte y la fotografía son una terapia, las quiero mantener libres de cargas. Mentiría si te dijera que el ego no está ahí. Pero en el sentido de que me gustaría transmitir algo. Que mi fotografía lo cuente», afirma.
En lo introspectivo, la creadora leonesa es consciente de que todo es movimiento. Casi se sorprende hasta de su edad. «La vida da vértigo. Y la vida me ha enseñado a no resistirme a los cambios. Tanto externos como internos. A veces, el dolor es el mejor de los maestros», dice.
Carmen Coque es psicopedagoga e imparte Educación Especial en el Centro Específico de Astorga. Y también en esta faceta transmite pasión por lo que hace. «Nunca me he sentido más orgullosa de ambos ámbitos», asegura, lo que confirma que entre el arte y la enseñanza, Coque disfruta de su mejor momento.