«Mis novelas son cada vez más fantasmagóricas»

A Luis Mateo Díez la literatura le ha llevado por la senda de la irrealidad. «Mis novelas son cada vez más fantasmagóricas», confiesa. El escritor participó ayer en dos conferencias, sobre la literatura de viajes —en el ILC y con el consejero de Cultura, Javier Ortega, entre el público—; y la segunda, en Salón de los Reyes del Ayuntamiento, sobre mitos, monstruos y laberintos. El autor de Fantasmas del invierno mantuvo un debate con las profesoras Natalia Álvarez y Asunción Castro, en el que defendió que Tierra mal bautizada, de Jesús Torbado, «es el mejor libro de viajes que se haya escrito, por lo comprometido que es y por la modernidad de su literatura».

El académico considera imprescindible «reivindicar a Torbado, como a otros autores de esta tierra, que no siempre alcanzan el prestigio que merecen o, más que el prestigio, el reconocimiento». Confesó que en su caso —como uno de los escritores contemporáneos más prolíficos—, tiene más posibilidades que otro «escueto» o «roñoso». El autor de Las estaciones provinciales recordó que «la literatura está cuajada de bellísimos libros de viajes», que, en absoluto, es un género menor. En este punto de la charla, explicó que, «para bien de todos, los géneros han degenerado. Y la degeneración es un bien». Luis Mateo no se cree que haya aportado algo. «Cuando te lo dicen, ponte a revisar lo que has heredado». En su caso, tiene pensado hoy mismo hacer un viaje por el Páramo para averiguar si reconoce algo del lugar que le inspiró Celama. El autor de La ruina del cielo dijo que ha ido recorriendo el camino que va de la realidad a la irrealidad. Asunción Castro apuntó que «el surco abierto por Luis Mateo lo siguen cultivando autores como Emilio Gancedo». De la misma opinión es Natalia Álvarez, que afirmó que «el extraordinario legado literario de Luis Mateo tiene, sin duda, herederos y continuadores.