Merino, un fabulador con mucho cuento
Los fulgores de la ficción. Es un maestro del cuento, uno de los grandes fabuladores de la literatura contemporánea. Y por eso, el escritor y académico leonés José María Merino recibe hoy el homenaje del Festival Internacional de Literatura en Español de Castilla y León (File).
Sus registros son casi infinitos. Ha recurrido al realismo, al humor, al género policíaco, a la ciencia-ficción o a la tradición oral, así como a la mejor literatura de aventuras. Todo un compendio de habilidades narrativas que José María Merino despliega como nadie en sus relatos cortos. Y es que siempre le ha gustado exper¡mentar, probar cosas nuevas, para no aburrirse, porque admite que se lo pasa bien escribiendo.
El File rinde homenaje a este fabulador, de la mano de los escritores Fernando Iwasaki y Davis Roas y las profesoras Natalia Álvarez y Ángeles Encinar. Será a las 18.00 horas, en el salón de actos del Ayuntamiento de León (Alfonso V), con entrada gratuita hasta completar el aforo.
El homenaje a Merino —que intervendrá al final del coloquio— es una iniciativa del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico (GEF) de la Universidad Autónoma de Barcelona, de ICREA Academia, y Grupo de Estudios literarios y comparados de lo Insólito y perspectivas de Género (GEIG) , del Instituto LOU de Humanismo y Tradición Clásica (IHTC) de la Universidad de León, en colaboración con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de León.
Sostiene Merino que «el cuento es la sal de la literatura». Porque «los seres humanos nos hemos apropiado del mundo con las palabras, dando nombres a las cosas». En definitiva, «contando cuentos». También considera que «el pensamiento simbólico, que es el que nos separa de nuestros primos peludos, es precisamente el cuento».
Y al afán de escribir cuentos lleva entregado Merino desde hace casi cuarenta años, cuando publicó Cuentos del reino del secreto. Después vendrían Las puertas de lo posible, La glorieta de los fugitivos, Cuentos de los días raros... hasta el reciente Noticias del Antropoceno, que ha publicado hace unos meses, una una mirada irónica y urgente sobre la era en la que el hombre ha puesto en marcha el cronómetro del apocalipsis. Cuenta Merino que en los años 40 la Universidad de Chicago creó el reloj del apocalipsis. «Nos quedan dos minutos como no cambiemos», dice.
Un libro en el que el escritor leonés teje un ciclo de desastres en los que está inmersa la Humanidad. La corrupción, el cambio climático, los océanos de plástico, la desaparición de los insectos, la manipulación de virus en los laboratorios, las crisis migratoria o los deportes de riesgo mortales protagonizan estos cuentos que, en plena pandemia del coronavirus, resultan menos fantásticos.