Una fortificación que es un cementerio
La muralla de León es un auténtico cementerio. En 2010 extrajeron de ella medio centenar de lápidas (en la avenida de los Cubos). La mayoría pertenecían a indígenas del entorno del noroeste hispano, a juzgar por sus nombres. También en Era del Moro se descubrieron otras ocho lápidas y hornacinas. La fortificación continúa albergando al menos varios centenares de inscripciones que siguen aguardando la ocasión propicia para resolver algunos de los enigmas sobre el origen de la ciudad, sobre sus dignatarios y jefes militares.