Dos emblemas de la ciudad
Pallarés y Roldán cumplen un siglo
Cambiaron por completo la plaza de Santo Domingo. La Casa Roldán y los almacenes Pallarés, sede del Museo de León desde 2007, están a punto de cumplir cien años. Un siglo lleno de historias, algunas surrealistas, como el plan para convertir el edificio diseñado por Cárdenas en almacén de los pasos de Semana Santa.
La especulación también estuvo a punto de devorar los almacenes diseñados por Manuel Cárdenas en la plaza de Santo Domingo. La Comercial Industrial Pallarés S.A. agrupaba tres negocios familiares: ‘Hijos de Pallarés, S.C.’, ‘Santiago Blanch y Cía’ y ‘Los Valencianos’, un comercio establecido años antes en la Plaza Mayor. Dos años antes de la construcción de Pallarés se había erigido otro edificio singular en la misma plaza, el Casino de León, obra de Gustavo Fernández Balbuena y adquirido en 1947 por el Banco de Bilbao.
Manuel de Cárdenas, pionero de una saga, ha sido uno de los arquitectos que más impronta ha dejado en León. Diseñó el chalé de los Fierro, la Casa Goyo, la Casa Ciriaco, la Casa Lubén, el edificio de Correos (el de la Catedral), el Teatro Emperador y el edificio Sopeña (Oscus).
Los propietarios de la gran ferretería —que vendían desde lámparas a electrodomésticos— quisieron convertir sus almacenes, de tres plantas y ático, en apartamentos de lujo, sesenta años después de su apertura al público.
La Diputación llegó entonces ‘al rescate’. Adquirió el inmueble el 21 de febrero de 1986 por 410 millones de pesetas, a pesar de que estaba tasado solo en 80 millones. Durante años la institución provincial no le dio ningún destino, aunque hubo decenas de propuestas, algunas absolutamente surrealistas, como transformarlo en parque móvil, en ‘guardamuebles’ de los pasos de Semana Santa, en sede eventual de los juzgados —hasta la construcción del Palacio de Justicia— o en oficinas de la propia Diputación.
Un edificio sin destino
Brevemente, fue un centro cultural multiusos de gran éxito. La Diputación, sin haber decidido cuál será el futuro de los antiguos almacenes, decide reformar y ampliar el inmueble, un trabajo que llevará a cabo el arquitecto Andrés Lozano. Curiosamente, Manuel Cárdenas no pudo ejecutar en 1922 el proyecto tal y como lo había diseñado por falta de presupuesto. Andrés Lozano retomó el diseño original en aspectos como la sustitución de los enfoscados de hormigón por la piedra que habría querido colocar Cárdenas en la fachada principal. Los 700 millones de pesetas previstos inicialmente se quedarán cortos. Llega entonces un anuncio inesperado de la Junta: León será sede del futuro centro de arte contemporáneo de la Comunidad. Pero fue solo un anuncio. Los presupuestos del gobierno autonómico no contemplan ninguna partida. Acabada la remodelación, la Diputación decide restaurar la fachada, con un presupuesto de 250 millones de pesetas.
Pallarés parece la obra interminable y el edificio sigue sin encontrar un destino hasta que en 2001 el Ministerio de Cultura adquiere el inmueble de 5.700 metros cuadrados para convertirlo en sede del Museo de León.
Cultura pagó 15,8 millones de euros por Pallarés, además de otros 16,5 millones en restaurar todos los objetos que se exponen y la rehabilitación de las otras dos sedes anexas al Museo de León: tres salas de San Marcos y la villa romana de Navatejera. En 2007, el entonces presidente del Gobierno, el leonés José Luis Rodríguez Zapatero, inaugurará el Museo de León en el edificio de la plaza de Santo Domingo.
Otro de los grandes arquitectos del León de principios de siglo, Federico Ugalde, será el encargado de erigir, el mismo año que Pallarés, la fastuosa Casa Roldán. El inmueble, con uno de los portales más imponentes de la ciudad, se construyó sobre las ruinas del antiguo hospital de San Antonio Abad. Toma su nombre del promotor, Luis González Roldán. El exterior del edificio fue completamente restaurado en 2010.
La Fundación Docomomo (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement), cuyo objetivo es estudiar y documentar la arquitectura del siglo XX, elaboró una lista con los 6.000 mejores edificios del siglo pasado, entre los que figuran tanto Pallarés como la Casa Roldán.