Banksy alimenta con más misterio y tres nuevas obras su alta cotización

Además de sintonizar con el gusto de un público global y convertirse en el gran fenómeno artístico del siglo XXI, Banksy se confirma como un mago del márketing y la autopromoción. En los últimos días han aparecido en tres ciudades del Reino Unido varias obras que «encajan a la perfección» en el cáustico estilo del gafitero, que mantiene oculta su identidad pero que cotiza al alza, y con cifras mutimillonarias, en las mismas salas de subastas a las que desafía.

Las nuevas obras, todas con el inconfundible estilo del misterioso artista británico, aparecieron durante el pasado fin de semana en Lowestoft, Gorleston y Great Yarmouth, localidades costeras del este Inglaterra.

El grafiti de Lowestoft, estarcido sobre un puente de ladrillo en un parque, muestra a tres niños que navegan en un bote hecho de chatarra.

Bajo la leyenda «estamos todos en el mismo barco», uno de ellos achica agua con un cubo en la popa, otro otea en proa el horizonte con un catalejo y el tercero mira hacia atrás con desconfianza. Ante una ferrería también en Lowestoft aparecía otro potencial Banksy, en este caso un niño que juega con la arena con la misma palanca con la que hace un butrón en el suelo. En otro muro de la ciudad ha aparecido una monumental gaviota que picotea sobre los escombros y la basura que se acumula en un contenedor. En un murete de la playa apareció una rata que disfruta de un cóctel acomodada en un hamaca y protegida por una sombrilla.

Estampada también en un muro de ladrillo, y sobre el techo de una parada de autobús, el grafiti de Great Yarmouth muestra una pareja adultos en pleno baile, él con bastón y ella con bolso y una vaporosa falda, mientras un tercer personaje toca el acordeón.