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Literatura

Las distintas caras de Antonio Colinas

‘NUEVOS GÉNEROS, NUEVOS CAMINOS’, el segundo curso que la ULE ha dedicado al poeta bañezano, ha permitido a Antonio Colinas adentrarse aún más en su obra. El escritor echa la vista atrás y relata los motivos que le llevaron a iniciarse en la escritura para llevar una vida dedicada a la continua reflexión.

Antonio Colinas en la inauguración del curso de verano de la Universidad de León. FERNANDO OTERO PERANDONES

León

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La Universidad de León ha dedicado, por segundo año consecutivo, un curso que analiza la obra de Antonio Colinas, el cual concluyó el pasado viernes repitiendo el éxito del año pasado según el propio poeta: «Han sido dos cursos verdaderamente ejemplares». La edición de 2020 analizaba la obra poética del autor. En esta ocasión, el evento de 2021 ha servido para estudiar al poeta bañezano en su faceta de escritor de géneros como el novelístico, el periodístico o el ensayístico, entre otros. «Este segundo curso ha sido una confirmación del primero, que se hizo en plena pandemia. Ha tenido muy buenos resultados con la asistencia de profesores excepcionales y con unos alumnos muy atentos y cercanos. Hemos tenido otras actuaciones musicales que complementaban el sentido literario predominante del acto», asegura el poeta, quien dice sentirse muy agradecido por la dirección del curso que han desempeñado Juan Matas Caballero, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la ULE y Antonio Odón Alonso Ramos, historiador de arte y gestor cultural.

El Premio Nacional de Literatura explica que, en cualquier género con el que desarrolló su carrera de escritor, le movía una necesidad de saciar su inquietud de conocer el mundo que le rodeaba. Ese estudio que emprendió desde joven, siempre lo ha desarrollado desde el estilo poético que le caracteriza; lo que María Zambrano llamaba la «razón poética». Eso explica su extensa y variada obra que ha tenido cabida en las dos sesiones programadas por la Universidad de León.

Curso de verano

Es la segunda edición y en este caso ha abordado su faceta de escritor de géneros como el ensayo

Para adentrarse en el mundo de la creación literaria, el autor señala dos momentos clave. Uno de ellos fue durante el transcurso de su adolescencia, periodo en la que dice haber «renacido» al descubrir «las lecturas, el amor...» hasta que, a los 16 años, escribió su primer poema. «Hay un segundo momento, unos años más tarde, cuando tuve que poner toda la carne en el asador para ser el escritor que quería ser y, en cierta medida, fui más guiado por la vocación», señala Colinas.

Razón poética

Colinas ha usado otros estilos para reflexionar, pero la poesía siempre ha estado presente

Decía Carl Gustav Jung que «el artista es el altavoz de los secretos anímicos de su época» y que lo que hace la sociedad es «confiar a un creador la expresión de lo innombrado en la disposición de la época». Colinas dice creer plenamente que tiene esa responsabilidad: «A simple vista puedo pasar por un poeta lírico o emotivo, pero nunca he olvidado los temas de siempre, los temas trascendentes. Y tampoco he olvidado los problemas de nuestro tiempo. Para ello, muchas veces he utilizado, en determinadas etapas, el periodismo de opinión», aunque también dice haberlo hecho, por ejemplo, en la serie de poesía civil Canciones para una música saliente (2014), en el que trata problemáticas con los que se siente profundamente concernido, como los problemas medioambientales «acaso porque uno de los grandes temas de mi obra es la naturaleza».

Una responsabilidad

«A simple vista puedo pasar por un poeta lírico pero nunca he olvidado los temas trascendentes»

En lo que al compromiso que el artista dice tener con la sociedad, Antonio Colinas asegura que mantiene una responsabilidad con León: «Yo he dicho siempre que mis raíces están aquí en mi tierra, en León». No obstante dice haber necesitado viajar para evitar quedarse «en el localismo y en el costumbrismo. Estas raíces las he procurado proyectar». En los desplazamientos, el poeta dice haber tenido la oportunidad de comparar sus raíces con las culturas de otras gentes para así poder encontrar puentes de unión y adentrarse en la reflexión de cuestiones universales y humanas. «Yo he vivido, no donde he querido, sino donde la vida me ha llevado. Y me llevó a Córdoba, luego a Italia, luego a una de las Islas de las Baleares, China, Corea del Sur, India».

«Soledad, serenidad, silencio»

El poeta Claudio Rodríguez dijo en más de una ocasión que la creación poética surgía de la «soledad y el silencio», no como un poeta que, desde su torre de marfil, da la espalda a la sociedad, sino como parte del proceso de reflexión y creación. Antonio Colinas dice sentir esa necesidad de aislarse durante el proceso de creación, como asegura haber señalado en su primer Tratado de Armonía , cuyas últimas palabras rezan: «soledad, serenidad, silencio». Cuando llegó la pandemia, afirma el autor, la soledad se incrementó y le resultó duro, pero al mismo tiempo le permitió crear nuevas obras y dedicar mucho tiempo a la lectura. En ese sentido, el autor dice que aquello le supuso «el regreso a los clásicos, la relectura».