Juan Diego: «Tengo todas las ganas porque no sé hacer otra cosa»

El actor Juan Diego afirmó ayer en la clausura del Festival de Cine de Astorga que, a sus 78 años, tiene «todas las ganas del mundo por seguir trabajando» porque no sabe hacer otra cosa y ha recalcado que lo más importante en la vida es poder dedicarte a la profesión que has elegido.

Durante el acto de entrega del premio de honor del certamen, Juan Diego ha hecho un repaso a su carrera y ha dicho que su trabajo en la interpretación ha ido paralelo a su vida personal y que para evocar momentos vitales primero tiene que recordar el trabajo que estaba llevando a cabo en esos momentos.

Diego, nacido en la localidad sevillana de Bormujos de Aljarafe en 1942, ha agradecido el galardón que le concede el certamen en su vigésimo cuarta edición y ha explicado que su interpretación en 1984 del señorito Iván en Los santos inocentes , la novela de Miguel Delibes que Mario Camús llevó a la gran pantalla, marcó de alguna manera su trayectoria posterior. «El señorito Iván marcó un antes y un después en mi carrera porque gracias al ese papel empezaron a llegar los otros trabajos de peso, que además coincidieron con mi madurez como persona y como actor», ha señalado.

También se ha referido a su lucha por «dignificar una profesión que ha sido muy maltratada,» a la que en algunas épocas se ha considerado como «una piara de individuos», y ha recordado que desde el año 1968 se ha empeñado en ese objetivo «con más o menos suerte». Ha rememorado que la histórica huelga de 1975 paralizó el 100% de los teatros españoles y que provocó que a los ocho días «tuvieran que atender las reivindicaciones de la profesión de una sesión diaria y una jornada de descanso». «Ganamos por goleada, pero a todo aquello de la transformación democrática de la sociedad han ido pegándole bocados con el beneplácito de los gobiernos de izquierdas», ha advertido el actor, que ve a la sociedad «descomprometida consigo misma». La organización del Festival ha querido reconocer al actor andaluz por su dilatada carrera tanto en teatro como en cine y televisión así como por su compromiso por los derechos de los actores.

Su edad de oro

En 1983 participó en la obra de Chejov Ivanov y luego regresó al cine con Los santos inocentes (1984), a la que siguieron La corte del faraón (1985), con José Luis García Sánchez; El viaje a ninguna parte (1986), de Fernando Fernán Gómez; Dragón Rapide (1986), de Jaime Camino; Jarrapellejos (1987), de Antonio Giménez-Rico; «Pasodoble» (1989), de José Luis García Sánchez o La noche oscura (1989), en la que trabajó a las órdenes de Carlos Saura. La década siguiente le deparó sorpresas como el Premio ACE de la crítica cinematográfica de Nueva York como mejor actor de habla hispana por Cabeza de Vaca (1991), del mexicano Nicolás Echevarría. En la gala de 1992 recibió el Goya al mejor actor de reparto por la película de Imanol Uribe El Rey Pasmado (1991) y volvió al teatro, tras casi diez años de ausencia, interpretando en el madrileño teatro Alfil No hay camino al paraíso, nena, que le valió el premio de la Unión de Actores.  

Palmarés

■ Mejor actriz. Verónica Andrés por ‘Pura sangre’.

■ Mejor actor. Juan López Tagle por ‘450 euros con wifi’.

■ Mejor interpretación novel. Clara Parada por ‘Actúa’uan López Tagle.

■ Mejor película. ‘Mindanao’, de Borja Soler.

■ Guión. ‘Una noche en el cósmico’. Luis del Val y Diego Herrero. 

■ Valores sociales. ‘Imposible decirte adiós’, de Yolanda Centeno.

■ Animación. ‘Vuela’, Carlos Gómez y Mira Sagrado.

■ Banda sonora. ‘Hoy es el día’, de Santi García.

■ Documental. ‘Melting landscape glaciares’, de Pepe Molina.

■ Fotografía. Gorka Giménez Andreu por ‘Dar Dar’, de Paul Urkijo Alijo.