Lancia recuperará el paisaje de los astures
Una escenografía didáctica. Los arbustos, frutales y cultivos que tenía Lancia cuando estuvo habitada por astures y romanos volverán a brotar en la senda histórica que une el yacimiento y las Cuevas Menudas. En este nuevo paisajismo se eregirá el futuro Centro Arqueológico, fragmentado en tres edificios sostenibles, diseñados por el estudio madrileño Gon Architects.
La última ciudad astur que resistió frente al Imperio Romano recuperará su paisaje original. El cultivo de cereales en la zona durante siglos y su posterior abandono convirtieron Lancia en un paraje inhóspito, pero, sin duda, no era así cuando estaba habitado por los astures y, más tarde, por sus conquistadores. Gonzalo Pardo, del estudio de arquitectura madrileño Gon Architects, ganador del concurso público convocado por el Instituto Leonés de Cultura (ILC), con el proyecto ‘Piedra y Tierra’, pretende reintroducir en el yacimiento la flora e, incluso la fauna, que tuvo este enclave hace 2.000 años.
Su diseño, un Centro Arqueológico fragmentado en tres edificios, se impuso a los cuatro rivales que llegaron a la final. «Pensamos que tendría menor impacto visual dividirlo en tres volúmenes», explica. No ha visto las propuestas de sus oponentes, aunque siente una gran curiosidad por averiguar qué soluciones proponían para convertir Lancia en un gran ‘museo al aire libre’, objetivo de la Diputación para rescatar uno de los yacimientos arqueológicos más importantes y apenas excavado.
La propuesta de Pardo contempla una gran escenografía. Una senda reconectará Lancia con las vecinas Cuevas Menudas, habitadas por eremitas durante la Edad Media. Y habrá un pequeño aparcamiento para una veintena de coches y un par de autobuses.
Un centro en tres volúmenes
Los tres edificios están alineados en orden creciente. El primer pabellón, de 90 metros cuadrados y de tres a cinco metros de altura, será el centro de recepción de visitantes. A 123 metros de distancia se sitúa el centro de interpretación del yacimiento, de 287 metros cuadrados y de cuatro a seis de altura. Albergará una sala de exposiciones y otra multiusos, así como un almacén. El último edificio, de 439 metros cuadrados, está pensado como zona de trabajo e investigación para los arqueólogos. Con una altura variables de tres a siete metros, alojará un laboratorio y zonas de inventario y restauración de restos arqueológicos. El proyecto que salvará Lancia, tras décadas de abandono y expolio, costará dos millones de euros.
Los tres volúmenes serán construidos con un material moderno muy similar al adobe, inspirado en la arquitectura tradicional de la zona, en color terracota, para mimetizarse con las colinas del entorno. Las construcciones, de líneas sencillas y con grandes cristaleras, han sido diseñadas de forma eficiente.
También habrá zonas expositivas en el exterior de este macrocomplejo, del mismo modo que se habilitarán áreas de trabajo al aire libre —cuando el tiempo lo permita—, para el lavado y secado de las piezas que se extraigan en las excavaciones.
Los materiales
El proyecto, «completamente sostenible desde el punto de vista energético —gracias a dos campos solares— y con el mínimo impacto económico y paisajístico», está pensado hasta el último detalle; incluido un carril bici en los nuevos accesos.
La ubicación de las construcciones, muy cerca de los restos excavados en la primera parcela que fue propiedad de la Diputación, ampliada en un 800% este año con la adquisición de varias fincas de particulares, estará sujeta al dictamen de los arqueólogos; así que el arquitecto no descarta tener que desplazarlas. «Nos vamos a asegurar de que no existan restos bajo los edificios», asegura el arquitecto madrileño.
El arquitecto Gonzalo Prieto (izquierda) con el equipo de Gon Architects. DL
Las edificaciones se asentarán sobre una losa plana de 25 centímetros de hormigón armado, de forma que no toquen el subsuelo. Se trata de tres pabellones flexibles, que con el tiempo pueden ser ampliados.
Los plazos
Mientras Gon Architects redacta el proyecto final, que deberá estar listo en diciembre, en unos días concluirán los trabajos de restauración de los vestigios que eran visibles hasta ahora; y a continuación, comenzará la excavación para sacar a la luz el foro romano. El Centro Arqueológico empezará a construirse el próximo año y, previsiblemente, estará acabado en 2023. El presidente de la Diputación, Eduardo Morán, prometió al principio de su mandato que Lancia sería una prioridad.
Una de las claves del proyecto que sedujo al jurado fue el paisajismo. Como explica Pardo, el concepto de jardín, tal y como lo conocemos ahora, no existía en el mundo astur y solo parcialmente en el romano. Sin embargo, «sí parece razonable analizar la vegetación existente en el lugar y recuperarla, en lo posible».
El arquitecto ha optado por especies autóctonas y por aquellas que formaban parte de la dieta de los astures, como la bellota. En el yacimiento se replantarán árboles como la encina, la carrasca o el quejigo, y variedades que exijan un mínimo mantenimiento, así como plantas cuyas semillas sean fácilmente controlables.
Nueva flora y fauna
A lo largo de la senda peatonal que une las edificaciones, de 368 metros de longitud, se contemplan once ‘escenarios’ vegetales de 300 metros cuadrados cada uno; un recorrido histórico y pedagógico. Este pasillo vegetal contará con bancos y fuentes. Una intervención que permitirá no solo regenerar el ecosistema de Lancia, sino que incrementará la biodiversidad de la fauna local, como pequeñas rapaces —milanos negros, cernícalos o agiluchos cenizos—, pequeños roedores y reptiles.
Asimismo, se plantea, con carácter anual, el cultivo en pequeñas zonas de especies tan simbólicas como la escanda, el centeno, las collejas, el mijo, las habas o las ortigas, además de especies proveedoras de bayas y frutos, como endrinos, nogales o ciruelos. En total, más de 25 especies.
El de Lancia es el primer proyecto en un enclave histórico que acomete Gon Architects, especializados hasta ahora en edificios de viviendas y hoteles.
Pardo confiesa que, cuando leyó la convocatoria del concurso, le pareció «apasionante». Pese a que el jurado interpretó que el proyecto presentado bajo el lema ‘Piedra y Tierra’ estaba inspirado en la papiroflexia, el arquitecto lo niega rotundamente. Para él, son estructuras transparentes, pero que, al mismo tiempo, tienen «esa condición de cueva», quizá inspiradas en los cercanos eremitorios que fueron declarados BIC por la Junta porque creyó que eran neolíticos.