Bardem, incinerado en una ceremonia laica e íntima

Los restos mortales de Juan Antonio Bardem fueron incinerados en una ceremonia íntima y de carácter laico, que tuvo lugar en el crematorio de la localidad madrileña de Alcorcón. Pasadas las nueve y media de la noche del jueves llegaba el cortejo fúnebre al crematorio procedente del madrileño cine Doré, la sala de proyecciones de la Filmoteca Española donde, a lo largo del día, estuvo instalada la capilla ardiente del director de títulos como «Calle Mayor» o «Muerte de un ciclista». Todo el clan Bardem quiso acompañar al cineasta en la ceremonia de la despedida. Su viuda, María Agudo Barbado, llegó arropada por sus cuatro hijos: María, Juan, Rafael y Miguel; y muy cerca de ellos sus sobrinos, el actor Javier Bardem, Mónica y Carlos. La ausencia notable fue la de Pilar Bardem, hermana del cineasta fallecido, quien siguiendo el lema de los cómicos «el espectáculo debe continuar» volvió al teatro madrileño donde actualmente tiene en cartel la obra «Cinco mujeres punto com» para llevar a cabo su representación. El acto, que comenzó a las diez y cuarto, duró apenas unos minutos; ya que la familia descartó cualquier tipo de ceremonia religiosa y así el silencio del crematorio sólo fue roto por los sollozos de los familiares que, hechos una piña, se abrazaban entre ellos continuamente. La viuda, entre sollozos, acarició el féretro y abandonó la sala abrazada por su sobrino Javier Bardem. Poco después era ya toda la familia la que abandonó el crematorio.