Patrimonio
El Panteón Real no recobrará su esplendor hasta la primavera
La Junta aplaza a abril de 2022 la restauración de las pinturas de San Isidoro
Las pinturas milenarias del Panteón Real de San Isidoro recobrarán el esplendor perdido. Pero será con más de un año de retraso. Los trabajos de restauración tenían que haber comenzado a principios de este año, sin embargo se han aplazado hasta abril de 2022. Es lo que acordaron ayer en una reunión el director general de Patrimonio de la Junta, Gumersindo Bueno Benito, el Cabildo de San Isidoro y la Fundación Montemadrid —que financia la remodelación del museo—. Los retrasos en las obras de reforma y ampliación del museo han obligado a posponer la intervención en unos frescos que el historiador Gómez Moreno bautizó como la ‘Capilla Sixtina del románico’.
Según fuentes de la Junta, los trámites para contratar esta delicada intervención empezarán las próximas semanas. La Junta destinará 180.000 euros a limpiar y restañar las heridas de estas fabulosas pinturas medievales.
El museo y los frescos del Panteón Real pondrán fin a la magna restauración de la colegiata que comenzó en 2001 y en la que se han gastado ya más de 5,3 millones de euros. Las pinturas murales que decoran seis bóvedas de la cámara funeraria de los reyes leoneses fueron restauradas por última vez hace 36 años.
Las heridas
En 2011 un análisis sobre el estado de conservación de las pinturas medievales realizadas por orden de Urraca, hija de los reyes Fernando I y Sancha, detectó importantes pérdidas de muro, suciedad y algunas patologías no remediadas en anteriores restauraciones. La intervención en este espacio prevé además reparar las macizas columnas de la sala y reordenar los sarcófagos de la realeza y los nobles leoneses, ahora dispersos, para explicar quiénes yacen en ellos. Las tropas napoleónicas convirtieron la estancia en establo para sus caballos y saquearon las tumbas. Los canónigos reintegraron los esqueletos como pudieron a las tumbas, sin orden.
En 1997, un equipo multidisciplinar abrió los sarcófagos con el propósito no solo de descifrar el sexo, sino también las enfermedades y la identidad de los 93 personajes que yacían revueltos desde la Guerra de la Independencia. Tardaron una década en presentar el informe, que no aclaró nada que no se supiera, como que Bermudo III murió a consecuencia de las heridas de varias lanzas.