Cerrar

Nueva York muestra sus tesoros leoneses

Arte medieval en Manhattan. Marfiles, códices, esculturas y hasta una ‘parrilla’ del siglo XII son algunos de los tesoros leoneses de la exposición ‘Arte en las fronteras de la fe’, que puede verse hasta el 5 de diciembre en The Cloisters, una extensión del Museo Metropolitano de Nueva York (MET), donde estas joyas fueron a parar por ventas dudosas y expolios.

La exposición muestra varios marfiles procedentes de León. THE CLOISTERS

León

Creado:

Actualizado:

The Cloisters (los claustros) es una excentricidad. El multimillonario John D. Rockefeller, al igual que hiciera el magnate Randolph Hearst, se montó hace 75 años una ‘ciudad’ románica y gótica en la Gran Manzana. Hoy, The Cloisters es una extensión del Metropolitan, el gran museo neoyorquino donde puede visitarse desde el patio renacentista del castillo de Vélez Blanco a un templo egipcio.

Ubicado en el norte de Manhattan, The Cloisters alberga actualmente la exposición temporal Arte en las fronteras de la fe , que exhibe hasta el 5 de diciembre algunos de los tesoros expoliados al patrimonio leonés, por mucho que fueran vendidos ‘legalmente’ en los años veinte.

La imaginería medieval (especialmente de los siglos XI al XIII), en sus versiones cristiana, musulmana y judía, es el argumento de esta muestra, que reúne esculturas, marfiles y códices leoneses. Bajo la nave erigida para albergar el ábside de San Martín de Fuentidueña (Segovia) se muestran joyas como el Beato de Maius. El monje Maius, autor también del Beato de Escalada , está considerado el Picasso del siglo X. León en los siglos X y XI fue el mayor centro de producción de beatos, un conjunto de manuscritos medievales (36 conocidos hasta la fecha) que copian el Comentario al Apocalipsis de San Juan, escrito en el siglo VIII y conocido popularmente como el Beato de Liébana, en honor al autor, el monje también leonés del mismo nombre. Joyas como el Beato de Gerona o el de Fernando I y Sancha salieron de aquí, aunque ninguno se conserva en León.

Una parrilla y varios marfiles

Uno de los objetos más curiosos de Arte en las fronteras de la fe es una parrilla de hierro del siglo XII-XIII. La ficha del museo sólo indica que procede de León y fue vendida en 1920.

Uno de los tesoros de la exposición es la placa decorada con el viaje a Emaús y Noli Me Tangere (las palabras que Jesús dirige a María Magdalena después de su resurrección). Se trata de un marfil de 27 por 13,4 9 centímetros que tiene inscrito en latín ‘el Señor le habla a María’.

El museo destaca la importancia de León como centro productor de marfiles medievales. «Esta preciosa talla de marfil era parte de un conjunto más grande, tal vez un santuario relicario decorado con otras escenas de la vida de Jesús», explica la ficha del museo. La pieza llegó en 1917, donada por J. Pierpont Morgan. Hay más obras de marfil de la misma época y, probablemente, del mismo taller en la exposición de The Cloisters, aunque sobre su origen solo consta ‘norte de España’.

Un gran expolio
The Cloisters, donde Rockefeller reunió claustros españoles, guarda marfiles de León

Otra talla leonesa es una Virgen con niño, de los siglos XIII y XIV, procedente del antiguo Reino de León, según el museo. «Aunque sobreviven muchas estatuas de marfil de la Francia medieval, esta Virgen y el Niño entronizados es un raro ejemplo de España».

La exposición evidencia que León fue un gran bazar de antigüedades para los multimillonarios norteamericanos durante la primera mitad del siglo XX. Arthur Byne, el que vendió el famoso claustro de Palamós, está detrás de gran parte del expolio leonés. Considerado en su época como un hispanista, Byne también aparece tras la colección del millonario Raymond Pitcairn, que llegó a reunir más de 600 tesoros medievales.

El Museo Glencairn, el segundo en importancia de Filadelfia, preserva dos apóstoles románicos de marfil de principios del siglo XII, que la investigadora Noemí Álvarez Da Silva, del Instituto de Estudios Medievales de la Universidad de León, considera originarios del taller de eboraria de San Isidoro, provomido por Fernando I y Sancha. Del mismo taller de mariles salieron joyas como el Crucifijo de Fernando I y Sancha y la Arqueta de las Bienaventuranzas (ambas hoy en el Museo Arqueológico Nacional).

Vista de la exposición en The Cloisters. JAVIER OTAZU