Chifla vieja, aire nuevo

«No hay un grupo español en los últimos diez o quince años -decía en su momento el reconocido investigador y director del Centro Etnográfico de Urueña, Joaquín Díaz, a propósito de este grupo- que me haya impresionado tanto, en sonido y presentación, como La Musgaña. Hacer realidad el sabor indefinible de una tradición, convertir el humo del tiempo en sentimientos y vibraciones que se puedan vivir es algo difícil en verdad. La Musgaña ha dado con la fórmula efectiva y mágica para hacer trascender un repertorio antiguo, adornándolo con ribetes de modernidad, sin que por ello pierda su esencia». Estas palabras, expresadas en el momento de la edición del grandioso disco La Musgaña en concierto de 1998, reflejan a la perfección el sentido y los objetivos musicales de esta veterana formación folk, verdaderos renovadores e insufladores de nuevos bríos a las músicas autóctonas de Castilla y León. Hoy visitan el Auditorio de León, a las 21.00 horas (5 euros), para ofrecer uno de los conciertos más esperados dentro de las primeras Jornadas Nacionales de Cultura Tradicional en el Camino de Santiago, que se celebran estos días en la capital leonesa. La Musgaña no es un grupo cuyas creaciones estén pensadas en exclusiva para amantes de la música tradicional, folkloristas o expertos en pintoresco costumbrismo. Ni para gente mayor, ni para gente joven, ni para acérrimos regionalistas ni para nostálgicos del pasado. La Musgaña ofrece a un público totalmente heterogéneo una serie de composiciones de tal fuerza y de tan extraordinario y fascinante ritmo, que parece imposible que estén ejecutadas con instrumentos tradicionales. Pero es que precisamente consiguen ese vigor sonoro, ese espíritu vivacísimo y esa inexplicable profundidad melódica gracias al empleo de instrumentos populares, aderezados, eso sí, con ritmos modernos. Lo que ha conseguido esta receta revolucionaria -en su momento-, fue lograr algo que se pensaba imposible; convertir en interesante para todo el mundo (jóvenes incluidos) las canciones que hablaban de un mundo ya extinguido pero que nos había hecho ser como somos, es decir, nuestra tradición; y que se había wuedado anclado en limitados arreglos de rondalla. Así, Enrique Almendros, Carlos Beceiro y Jaime Muñoz, buenos conocedores del momumental universo que constituye la música tradicional de los viejos reinos de León y Castilla, se vienen configurando como los grandes revitalizadores y renovadores de este tipo de música. Y tanta ha sido su influencia que se da el peculiar caso de que muchos de los grupos folk que actualmente existen en España «musgañizan» su repertorio en un inevitable seguimiento de modas. La diferencia está en la multitud de años, de trabajo en contacto con la música popular que hay detrás de La Musgaña y el extremo respeto de éstos por la tradición; de forma que el sentido profundo de los ritmos seculares de fiesta, vela, pasión o labor, queda intacto y con toda su fuerza primigenia. Además, las tierras leonesas -gaita de fole, y sobre todo el sorprendente empleo de la flauta de tres agujeros- quedan bien representadas en el concierto que hoy tendremos el placer de degustar.