Diario de León

Amancio Prada, Víctor Manuel y Hierba del Campo protagonizaron uno de los conciertos más aclamados de esta temporada en el Auditorio

Trío de ases en el Auditorio

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - LEÓN.
León

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El público leonés no se quiso perder el 25 aniversario de Hierba del Campo, que se celebró ayer por todo lo alto con un concierto en el que se colgó el cartel de «no hay entradas» y contó con la aclamada presencia de Víctor Manuel y Amancio Prada. Las canciones de siempre llenaron esta vez el Auditorio, perfumadas por el aroma de la nostalgia y escoltadas por las voces fustigadoras de esos dos juglares que son Amancio Prada y Víctor Manuel, el uno buscando la complicidad a través de las ventanas del alma y el otro haciendo de la cotidianeidad un tratado de filosofía urbana. El Auditorio se hizo clamor cuando apareció Amancio Prada para cantar dos de las más carismáticas canciones de su repertorio, Adiós ríos, adiós montes y la popular leonesa A la luz del cigarro, que contó con los coros del público. Víctor Manuel también interpretó dos de sus temas más célebres, poco después de que el público protestara por la cantidad de decibelios a que sometieron a los instrumentos: dos teclados, tres violínes, caja, batería y guitarra, que tapaban totalmente las voces de los integrantes de Hierba del Campo. De todas formas, el respetable respondió con entusiasmo y calor a las muestras que los cantantes tuvieron hacia ellos de ofrecer su mejor repertorio. Jesús, Merchy, Belén y Dioni (Hierba del Campo), convirtieron la noche en un trallazo de sensaciones contenidas, acercando al presente aquellas melodías que aún hoy son referente ineludible de una época en la que la canción era el mejor resorte para desahogar el alma, dejando que un soplo de aire fresco se colara por los intersticios de los rencores y limpiara de fantasmas el desván de los recuerdos. La copla que está en mi boca, Libertad sin ira, Amelia, Santa Bárbara Bendita o Tierra de León, fueron desfilando por la pasarela de la nostalgia hasta hacer del recital una suerte de caleidoscopio del verso un tributo al sentir de un pueblo. Haciendo uso de las fuentes populares más arraigadas en la idiosincrasia de un pueblo, Hierba del Campo logra imprimir a cada verso esa magia inconfundible de su arte para que música y poesía se unan en esa simbiosis única de armonía y sentimiento. Fiel a una trayectoria rigurosa de 25 años han logrado crear un estilo propio que les diferencia del resto de sus colegas de oficio por su peculiar concepción de lo que entienden por el alma de la música y el sentir del verso. Pocos grupos como Hierba del Campo han logrado convocar a públicos tan dispares en edad y tiempo, en mentalidades y formas de ver la vida y la música como estos notarios de la cotidianeidad. víctor y Amancio pusieron el contrapunto maravilloso haciendo crujir los goznes de la memoria, buscando a tumba abierta la complicidad desnuda, mientras mecían al oyente entre lo real y lo soñado. Recostados en el diván de la nostalgia y la luminosa pirotecnia del verso ambos cantautores fueron desgranado los últimos hallazgos en materia de sentimientos, seduciendo con su transido verbo el de Dehesas y clamando por lo arrebatado el de Mieres. Voces y música, violines y guitarras, añoranzas y sentimientos confluyeron en el canto conjunto de Amancio, Víctor y Hierba del Campo, para cerrar con esperanza las contraventanas de la memoria.

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