«Sin lo vivido no hay historia»

Blas Fernández Tomé nació en San Miguel de Escalada, vive en Madrid y sueña en África. Como si hasta en sus datos vitales el espíritu viajero fuera la nota dominante. Hasta ese continente le lleva su primer libro: En busca de ‘otra’ Marlene Dietrich. Un recorrido por ‘otra’ África. Y es en esa búsqueda de lo diferente en donde encuentra sentido al relato. Como es periodista metido a escritor en este caso, el libro está a medio camino entre la experiencia y la ficción, la realidad y lo inventado, porque como él dice «sin lo vivido no se puede contar una historia». Si a eso se añade que, aunque ahora desde una fundación, durante tres largos lustros trabajó en el gabinete de comunicación de la Casa Real, con lo que eso debe conllevar de sobredosis de realidad, su faceta literaria es tan liberadora como algún viaje ya en mente que lo volverá a llevar a África. Leyó tanto, que no le quedaba más remedio que escribirlo, eso sí, con la libertad puesta a miles de kilómetros.

«Me apetecía que el personaje de Bruno saliera a recorrer África, una parte de África. Recorrer los caminos africanos, que son vida, aventura, silencios y gritos de África. Porque los caminos reales de este continente, como en otras partes del mundo, son diferentes y variados. Hay rutas que realizas a pie, en los que tan cerca ves la realidad que a veces es complicado asimilar. Recorrer a pie un mercado es llenarte de olores y sabores, de gritos y mensajes de las mammas africanas que con autoridad se dirigen al foráneo», explica sobre cuáles fueron las motivaciones que le llevaron a este libro editado por Círculo Rojo. Y, rápidamente, se extrae la conclusión de que lo que también quería era contar desde dentro esos países por los que transcurre (Malaui, Mozambique, Tanzania y Madagascar), esto es, desde lo que les pasa a los que allí viven. Y algo así sugiere él mismo cuando añade que «son los caminos africanos que recorre el labriego, el conductor de autobús, el niño que va a la escuela, la familia desahuciada o exiliada por conflictos incomprensibles, el hombre que va al mercado en su cochambroso cacharro y su mujer que le acompaña», explica.

Lo curioso de todo es que el germen de En busca de ‘otra’ Marlene Dietrich. Un recorrido por ‘otra’ África surge en su pueblo: San Miguel de Escalada, como un ensanche literario de una narración ganadora del I Concurso de relato corto Monasterio de Escalada. «Me sentí encantado y muy agradecido cuando me dieron el premio. Porque además yo sigo en contacto con mi pueblo», remarca. Por lo que su espíritu de viajero mochilero no está reñido con, por ejemplo, una jornada por su pueblo de León para dar con unas cuantas buenas setas de cardo. Aunque lo cierto es que le van más las emociones que la pandemia cortó de raíz y lo que el cuerpo le pide ahora es darse un buen viaje por África. «Es cierto. Algo sucede cuando te mezclas con esos países», deja caer. 

La aventura y la casualidad serían algunas de esas cosas que a veces pasan. Como cuando se encontró con el gran Javier Reverte. «Me lo encontré en Tanzania», recuerda. Encuentro real, sí, tan imposible como ver a Marlene Dietrich en el Monasterio de San Miguel de Escalada. Él la vio.