Pepe Tabernero
«Nadie es imprescindible, hay que ser humildes»
Después de 30 años en Actividades Culturales de la ULE cuelga las botas. Pepe Tabernero, salmantino, psicólogo, buen futbolista en su juventud, encontró en la cultura su profesión y el elixir para a día de hoy seguir amando el arte.
Ahí, en esa foto, como si las butacas fueran nubes rojas para sentarse y ver, diríase que Pepe Tabernero más que irse en marzo es el que viene. Pero se va. «Como soy espectador, sé lo que voy a hacer en los próximos tiempos. Tengo muchas cosas que ver», dice, ahora que hace cálculos y al salmantino, que llegó a León como coordinador de actividades culturales de la Universidad de León allá por los 90, le salen la nada friolera sino cálida y aproximada cantidad de tres décadas, más de doscientos eventos al año, unos 6.000 en estos 30 años. Una lista interminable con la calidad por bandera y su profesionalidad a la hora de la gestión cultural que hacen de Tabernero un imprescindible y un referente de la cultura en León.
Ahora es el momento de bajar el telón profesional porque se jubila. Pero también es el momento de subir el del aficionado a todo, que verá de todo sin presiones: «Tengo ganas de ir a ver un museo, una exposición, a la Filmoteca Nacional, a un concierto... Y disfrutar sin la presión de tener algo que ver con la organización. Aunque la deformación profesional hace que pocas veces te abstraigas de esos detalles», relata.
Sin caer en exageraciones, el viaje cultural de Pepe Tabernero es en gran parte el contenido del que se han nutrido generaciones de leoneses en una ciudad que presume de tener una sensibilidad especial con todo lo relacionado con la creación.
Si quisiera hacer una alineación imaginaria, Tabernero podría contar con múltiples ilustres. Elliott Murphy, Enrique Morente, Albert Plá, The Pretty Things, Tete Montoliú, Javier Krahe, Jerry González y Federico Lechner, Paco Ibáñez... Nombres tan diversos que dan buena prueba de la riqueza de una programación capaz de tocar todos los palos, además de una no menos incesante oferta en exposiciones, teatro (con nombres destacados y compañías independientes) o sede de otros ciclos, como el Purple Weekend.
Si mira hacia atrás, pese a toda esta lista continua de grandes acontecimientos que dieron lustre a la cultura leonesa, Pepe Tabernero no pierde la modestia: «Nadie es imprescindible. Hay que ser humildes. Tengo la satisfacción de haber aportado mi trabajo para contar con una programación estable de la mejor calidad posible. Pero el que llegue ahora tendrá que hacer lo mismo», remarca. De todas formas, sí tendrá algo que ver en que, como él dice, «en todos los sitios se hacen muchas cosas pero es cierto que en el ámbito cultural León ha sonado mucho», afirma.
Trato a los artistas
La calidad ha sido uno de los estandartes de todo lo que ha programado. Y eso lo ha tenido que combinar con presupuestos ajustados y haciendo encaje de bolillos para traer a León eventos que forman parte de la memoria colectiva. «Siendo un ámbito público no te puedes permitir tonterías. Yo he visto evolucionar a los artistas en estos años. Y tengo que decir que la profesionalidad ha imperado. Y cada vez, más. El que viene a actuar lo quiere hacer bien. Nosotros les tratamos bien. Además, estando en León, tenemos la ventaja de que si les das un buen cocido o todo lo bueno que hay por aquí, ellos están encantados», remarca.
«Yo no sé cómo es la vida sin el lenguaje de la cultura. Creo que no podría vivir sin música, sin teatro, sin libros. Y pienso que ahora las Humanidades están un poco apartadas. Para mi eso es un error», sentencia.