Al frente de la Sinfónica de Galicia y con Javier Perianes al piano, ofrecerán un concierto de Mozart y Strauss
Así habló... López Cobos
El Auditorio acoge esta noche, a partir de las 20.30 horas, uno de los conciertos más esperados de la temporada, con la actuación de la Orquesta Sinfónica de Galicia, bajo la dirección del zamorano Jesús López Cobos, una de las batutas más prestigiosas del mundo y actual director artístico del Teatro Real, donde ya ha comenzado a cosechar los primeros éxitos gracias a la profesionalidad y el rigor de sus ejecuciones. El precio de las localidades es de 20 euros (platea) y 15 euros (anfiteatro). Gran admirador de Wagner, Mozart y Strauss, López Cobos pondrá en atril esta noche tres obras de incuestionable belleza, el poema sinfónico Así habló Zaratustra, Machbet y el Concierto para piano, de Mozart, con el joven y excelente solista Javier Perianes, quien recientemente impartió un curso de perfeccionamiento pianístico en León. Recién nombrado director artístico del Teatro Real, el director toresano cree que es totalmente necesario para realizar bien un trabajo serio y en profundidad «tener una seguridad de cuánto tiempo se va a estar en el cargo con una orquesta, en un teatro o en una organización, porque llega un momento en el que uno tiene ganas de dedicarse sólo a la música y no preocuparse de nada más. Eso, confiesa con convicción, es lo que me ha llevado a desear ser libre y tener más tiempo para hacer otras cosas y dedicarlo a mi familia». Desde hace más de veinte años Jesús López Cobos goza de un prestigio, fuera de nuestras fronteras, espectacular; y fue el primer director español que dirigió en el foso de la Scala de Milán y el Covent Garden de Londres. En 1981 y hasta 1990 fue llamado para dirigir los destinos de la Ópera de Berlín, con la que representó por primera vez la tetralogía wagneriana en su integridad y fue el primer director español en recibir el Premio Príncipe de Asturias. Su manera de dirigir, su sobriedad en el podio y su carisma a la hora de servir una música sin adornos ni alharacas, sólo lo que está escrito, ya se ha convertido en leyenda viva y asiduamente es reclamado por las principales orquestas y teatros del mundo. Pese a todo, el director zamorano no olvida sus problemas con la Orquesta Nacional de España, de la que se hizo cargo en el 83 y de cuyo puesto dimitió con gran polémica en 1989 harto de burocracia. Entonces aseguró que no volvería a ser director titular de ninguna orquesta española. El tiempo ha pasado y los vientos de guerra se han suavizado, por lo que su nombramiento al frente de las huestes del Teatro Real no ha sido una sorpresa, más bien un alivio.