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El Auditorio acoge dos exposiciones de fotografía de Carlos López y Mendaza

Secretos del rey Arturo

Publicado por
Marcelino Cuevas - LEÓN.
León

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Las salas de exposiciones del Auditorio se han abierto por primera vez a la fotografía. Se inauguraron ayer dos muestras totalmente diferentes, tanto por su temática como por las técnicas empleadas en su realización. En la primera, de Carlos López, se juega a descubrir los paisajes y monumentos leoneses a través de una peculiar visión de los misterios artúricos y, más concretamente, contando siempre con la presencia de Excalibur, la espada mágica. En la visión que Carlos López nos ofrece de León se mezclan lugares como el Monasterio de Sandoval, las piedras venerables de San Miguel de Escalada o los capitalinos San Marcos y la Catedral, con la majestad paisajística de las Hoces de Vegacervera y Valdeteja, las cuevas de los altos de Villasabariego, o el sugestivo lago de Saliencias, ya en tierras asturianas. Una espada reluciente, un hábito mitad frailuno y mitad guerrero, y una hermosa mujer, es todo lo que necesita el artista para trasladarnos la leyenda mítica, para hacernos partícipes de su aventura. Las fotografías, de impecable factura, se basan más en las sombras que en las luces, presentando unos sombríos escenarios muy acordes con la narración mitológica que se describe en las imágenes. Solamente en algunas de las 36 placas ha empleado Carlos López el sencillo truco del fundido para dar realce a su narración fotográfica. La exposición de Kondo Mendaz está muy lejos del clasicismo de Carlos López. En sus imágenes sí que hay una laboriosa sesión de laboratorio hasta conseguir que los desnudos en negativo que son su motivo principal se conviertan en auténticos cuadros de intención pictórica, aunque solamente en dos colores: blanco y negro. Dice el artista que este proyecto nació a raíz de una enfermedad de espalda que padeció y que le impedía moverse. «Tenía una serie de ideas y con mucho tiempo por delante comencé a recuperar antiguos negativos de una serie de desnudos y a partir de ellos, empleando material Polaroid, se fueron plasmando unas ideas que terminaron siendo esta exposición que titulé Aunque no pueda volar. Intentaba de demostrar que aunque no podía hacer fotos, sí que podía hacer algo con ellas». Estos trabajos fotográficos se basan en cuatro modelos, dos masculinos y dos femeninos. Cada uno de ellos hace referencia a las cuatro líneas del marco y multiplicando se llega al número final y cerrado de dieciséis fotografías cuadradas, de un metro de lado, que son las que pueden verse en la muestra. Dos exposiciones de muy diferente signo pero que cuentan con el denominador común del interés que pueden suscitar en el espectador. El horario de la exposición: de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00.