El cineasta Jem Cohen confiesa en Gijón que se avergüenza de ser norteamericano

El cineasta estadounidense Jem Cohen se declaró ayer «un poco avergonzado de ser americano» y reivindicó el «espíritu de la independencia» frente a la «cultura dominante» que emana de la factoría Hollywood. El director, considerado el niño travieso del cine norteamericano, calificó de «escándalo» la prohibición impuesta por las autoridades de ese país a fotografiar los puentes de Nueva York para evitar atentados. En una rueda de prensa celebrada en el Festival Internacional de Cine de Gijón, donde se exhibe una retrospectiva de su obra, Cohen acusó al Gobierno estadounidense de «aumentar la paranoia» antiterrorista para «imponer nuevas formas de control». Recordó que desde hace muchos años rueda escenas y paisajes en las ciudades como un fotógrafo callejero y que a partir de ese trabajo desarrolla sus largometrajes. «Espero obtener bonitas imágenes de los puentes de Nueva York este año», dijo desafiando la prohibición por considerarla «un escándalo». Cohen, que ha convertido las imágenes del desfile de la victoria de la Guerra del Golfo en el largometraje de terror Little flags, dijo que no puede tomar «estas imposiciones con seriedad». El realizador está trabajando en un largometraje sobre paisajes filmados en distintos lugares del mundo que son parecidos.