Anatomía de una seducción
El éxito alcanzado por el ciclo Otoño Jazz de Caja España, tuvo ayer su culminación con el fabuloso recital que el saxofonista Kenny Garrett y su cuarteto ofrecieron al público que como cada día abarrotó la sala de conciertos. Utilizando todos los recursos rítmicos que piano, saxo, bajo y batería proporcionan, Kenny demostró ser un número uno en su especialidad, precisos ataques, velocidad cambiante en distintas frases de su discurso y un fresco olor a clásico que rezumó en todas y cada una de sus intervenciones. La vivacidad y energía que imprimió a sus temas fue corroborada por Vernell Brown al piano. Un piano demasiado presente en ocasiones, pero lleno de seducción y de ese tono especial que sólo los grandes sideman consiguen. Batería milagrosa en los ágiles dedos de Ronald Brunner que jugó con todos los cambios de ritmo sin el menor atisbo de rebuscamiento. Vicente Archer como bajista puso la guinda a una actuación redonda de principio a fin por la que desilaron algunos de los temas más subyugantes del afamado grupo y su líder. Guiños como viene es habitual a todo tipo de blues, bebop y los consabidos homenajes a los iconos del saxo. Calor del mejor jazz servido por un mago del saxo como Kenny Garrett, que se apoya continuamente en un grupo de campanillas.