Diario de León

La Comisión Territorial de Patrimonio aprobó como urgente hace nueve meses la rehabilitación

La Junta aprueba 485.400 euros para las obras de la torre de San Isidoro

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León aprobó en su reunión de ayer la contratación de la segunda fase de las obras de restauración de la

La torre de San Isidoro, cubierta por andamios y una malla

La torre de San Isidoro, cubierta por andamios y una malla

Publicado por
María Jesús Muñiz Redacción - LEÓN.
León

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Los arquitectos Ramón Cañas y Carlos Sexmiló ya advirtieron cuando se llevó a cabo la primera parte de la restauración de la torre de San Isidoro que el deterioro del monumento era mayor del previsto inicialmente; y de hecho el peligro de desprendimiento de piedras recomendó mantener los andamios y la malla que desde entonces protegen el edificio. Esta urgencia en la necesidad de llevar a cabo la segunda fase de la restauración de la torre llevó a la Comisión Territorial de Patrimonio a aprobar el pasado mes de marzo el proyecto de las obras. Sin embargo, la Junta ha tardado otros nueve meses en dar el visto bueno al presupuesto para rehabilitar esta parte del emblemático edificio leonés. La primera fase de las obras consistió en la reparación de los cuerpos superiores de la torre, concretamente la cubierta y las campanas. En esta fase se descubrió la importancia de la veleta que coronaba el campanario, tan antigua como el propio edificio, y que fue restaurada y sustituida por una copia. El gallo original se encuentra desde entonces en el claustro de la colegiata. También se trataron dos de las ocho campanas de la torre, una de ochocientos kilos y otra de cien, que fueron repuestas en julio. Ya durante la realización de los trabajos de esta primera fase de la rehabilitación los expertos destacaron que el grado de deterioro del edificio era mayor del previsto inicialmente, y urgieron actuaciones reparadoras y, también, medidas de control para evitar que el tráfico y la polución sigan dañando la estructura. Los arquitectos apuntaron que la situación de los sillares era «preocupante», y que incluso trozos de cornisas habían caído sobre el tejado. La empresa encargada de las obras, Decolesa, tuvo que retirar también kilos de excrementos de las palomas, que hacen necesario un cerramiento para que los pájaros no perjudiquen más a la edificación. Los dos primeros tramos de la torre, pendientes de rehabilitación, son del románico inicial, del siglo XI; mientras que los dos últimos son del siglo XII. Para esta segunda fase los arquitectos contarán con la ayuda de arqueólogos, porque esta parte de la torre se asienta sobre la muralla romana.

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